jueves, 30 de diciembre de 2010

De nuevo, el Lille

Después de las siete ligas consecutivas ganadas por el Olympique de Lyon en Francia, pocos imaginaban que el panorama futbolístico de la Ligue 1 pudiese permitir que otros equipos hiciesen sombra al conjunto presidido por Jean-Michel Aulas. Sin embargo, en la temporada 2008-2009, el Girondins de Burdeos de Laurent Blanc logró desbancar al mitificado Lyon y hacerse con el título. Un año después, fue otro célebre ex jugador Bleu, Didier Deschamps, el que ganó la Ligue 1 dirigiendo al Marsella. Y esta temporada, el Lille del sempiterno Rudi Garcia es el equipo mejor colocado para continuar despolarizando la élite del fútbol francés.


La historia del Lille ha estado plagada de altibajos. Cuenta con tres títulos de liga en sus vitrinas, y aun así pasó más de treinta años a caballo entre la primera y la segunda liga francesa. Fue en la temporada 1999-2000 cuando el equipo volvió a ascender a la Ligue 1, y ese mismo año el Lille consiguió clasificarse para la Liga de Campeones después de una magnifica y sorprendente temporada. Aquel equipo, compuesto por jugadores como D´Amico, Murat, Cygan, Cheyrou o Bassir, logró colocar la primera piedra para la estabilidad definitiva del club.

Desde entonces el Lille ha conseguido mantenerse en los puestos de arriba de la Ligue 1 así como disputar de formar regular competiciones europeas. Pero es esta temporada en la que los de Rudi Garcia pueden conseguir algo que hace una década era inimaginable. Levantar el título de liga.




Los directivos de esta ciudad del norte de Francia han conseguido crear un bloque sólido y fiable que conjuga seguridad con buen juego. Es fiel a la corriente de fútbol de toque que Barcelona, Arsenal y Borussia Dortmund están llevando a cabo en las ligas más importantes de Europa y quizá por ello lleva ya varias jornadas siendo el flamante líder de la Ligue 1.



El veterano Landreau ha conseguido hacerse con la titularidad en la meta, aportando seguridad y experiencia al entramado defensivo del equipo. La línea de cuatro suele estar compuesta en los laterales por Debuchy y Emerson. Rápido y equilibrado el primero, algo más ofensivo y descuidado en defensa el segundo. Rami, a punto de firmar con el Valencia para la próxima temporada, y Chedjou forman una pareja de centrales solvente y bien compenetrada. Beria y el eterno Rozenhal suelen ser los recambios más habituales a estos cuatro hombres.

En el centro del campo, Cabayé, el futuro Gerrard del fútbol europeo para muchos, lleva la batuta. Mavuba cubre sus espaldas casi siempre barriendo todo lo que pasa por el centro del campo, y Balmont viene siendo en los últimos partidos el complemento ideal para ambos.




Pero la dinamita de este equipo se encuentra en la delantera, donde dos de los futbolistas africanos del momento no se cansan de marcar goles. Gervinho, probablemente el jugador con más técnica del continente negro, aporta la magia, mientras que el senegalés Sow, la revelación del fútbol francés, se está convirtiendo en uno de los puntas más determinantes del continente. Pero ambos no serían lo que son sin contar con Hazard, la perla belga, a su lado. Este jugador, pretendido desde hace tiempo por los clubes más poderosos del mundo, es el encargado de aumentar o disminuir las revoluciones del partido cuando es necesario. Normalmente juega tirado a una banda, pero tiene una tendencia innata a desplazarse hacia el interior del campo para intervenir en el juego y marcar el tempo del mismo.





Con estas armas, el Lille se ha colocado líder en Francia, con un partido menos y sacando un punto al irregular Lyon y a PSG y Rennes, dos equipos que también están asumiendo que la élite del fútbol galo debe ser compartida. Por esta razón, los puestos de Liga de Campeones no están asegurados para nadie (el año pasado el Auxerre ya sorprendió clasificándose para la máxima competición continental), y las apuestas parar determinar quién será el nuevo rey de Francia se encuentran muy divididas. Pero parece claro que si el Lille continúa así, llegará al sprint final con serias opciones.

Con este homenaje a la emocionante y a veces infravalorada Ligue 1, me despido por este año. Muchas gracias a todos los que me habéis seguido, ya sea felicitándome o vanagloriándome. Mi intención es la de seguir creando sensaciones opuestas entre vosotros para que el debate resultante sea mucho más rico. ¡Feliz año a todos! Nos vemos en 2011 con más y mejores observaciones futbolísticas. Y esperemos que nuestro últimamente desaparecido amigo J.J. Sarabia (al parecer se ha quedado sin trabajo) preste más atención a su blog y que, al menos, nos haga reír con sus comentarios monotemáticos sobre el Sevilla. Estaremos atentos… 

viernes, 24 de diciembre de 2010

Iniesta contra Granero, pero Soldado contra Xavi Torres

En la eterna disputa que mantienen los dos equipos más grandes de España, afirmar categóricamente que la cantera del Barcelona es superior a la del Real Madrid en todos los aspectos es una muestra de atrevimiento imperdonable. Está claro que el primer equipo blaugrana cuenta en sus filas con un mayor número de canteranos, sin embargo no es menos cierto que la mayor parte de los chavales que se crían en Can Barça finalizan sus días en el mundo del fútbol deambulando por equipos de niveles irrisorios. El Real Madrid, por su parte, cuenta con una alta cifra de jugadores procedentes de La Fábrica que pertenecen a equipos de Primera División.




Soldado, Negredo, Mata, Callejón, Luis García, Jurado, Diego López, Borja Valero, Barral, Juanfran, Javi García, Riki, Aranda, Corona, Eto´o, Miguel Torres o Parejo son algunos de los jugadores que aprendieron a competir en el club merengue y que actualmente forman parte de la élite futbolística. El Barcelona, en cambio, no ofrece ni la mitad de jugadores a los equipos que militan en la máxima categoría. Sergio García, Verdú, Cesc Fábregas, Reina o Xavi Torres son algunas de las raras excepciones que han conseguido sobrevivir, futbolísticamente hablando, lejos de La Masía. Difícilmente encontramos alguno más.



Uno de los motivos es que el Barcelona enseña desde muy pronto a todos sus cachorros a jugar de manera determinada. Este estilo, que se basa en el toque, el fútbol de asociación y el constante movimiento, resulta muy válido para ganar partidos con el primer equipo, pero posiblemente también sea la razón por la cual los canteranos culés no logran hacerse un hueco en la élite una vez que abandonan Can Barça. Se podría decir que los canteranos barcelonistas son productos prefabricados, que encajan perfectamente en el engranaje blaugrana pero que generalmente desentonan lejos de ese marco tan particular.

Thiago Alcántara, por ejemplo, es un futbolista con unas cualidades asombrosas. Podría triunfar perfectamente en el Barcelona, sin embargo su manera de jugar difícilmente permite que le podamos colocar en el doble pivote o en la mediapunta de cualquier otro equipo de la Liga española, ya que no es ni lo uno ni lo otro. Se trata de un jugador difícil de enmarcar que, como ha quedado demostrado en multitud de partidos con España sub-21, se pierde en la posición de mediocentro y apenas interviene en la de mediapunta. No es un jugador para un 4-4-2, o para un 4-2-3-1, sin embargo se ajusta perfectamente al 4-3-3 del Barcelona. Pero ese sistema difícilmente será usado por otro equipo del mismo modo que lo utiliza Pep Guardiola. El Barcelona crea jugadores con la mentalidad de que estos jugarán en el primer equipo, que actualmente es el mejor del mundo. Sin embargo, obviamente esto no siempre es posible, y las ovejas que no entran en el rebaño terminado siendo devoradas por los lobos.





El Real Madrid, en cambio, educa a sus futbolistas dentro de otro contexto, y no tengo ninguna duda de que Sarabia, Morata, Juan Carlos, Juanfran o Jessé acabarán jugando en equipos de nivel medio-alto, e incluso, por qué no, en el primer equipo merengue. Y es que no estoy de acuerdo con las últimas declaraciones de Guardiola, en las que afirma que la diferencia entre ambas escuelas es “que el Barcelona pone a sus canteranos a jugar y el Real Madrid no”. No creo que se trate de eso.





No se puede negar que actualmente la cantera del Barcelona está sacando mejores jugadores que la del Real Madrid. Pero este tipo de asuntos, como las buenas cosechas, van por épocas. Hace diez años, en el Barça de los holandeses, los jugadores de La Masía apenas contaban con minutos en el primer equipo. Y no creo que fuese porque no se contaba con ellos. Simplemente se atravesó en Can Barça una mala época con la cantera, quizá la misma por la que pasa actualmente el Real Madrid. De hecho, hace unos años el Castilla jugaba en Segunda División y el Barcelona B en Tercera. No creo que porque el señor Guardiola hubiese “puesto” a Raúl Bravo, Meca, o Sestelo, estos hubiesen sido mejores. Eran lo que eran, y Busquets o Pedro son lo que son. Se trata de calidad.

Por ello, si hay que hablar de calidad, a día de hoy la cantera del Barcelona es la mejor. Pero si tenemos en cuenta la cantidad y la regularidad de los jóvenes madridistas, el club merengue se coloca, sin duda, a la cabeza. El Barcelona produce jugadores para nutrir su primer equipo. En eso es mejor. Pero también es innegable que existen más jugadores válidos para Primera División en La Fábrica que en La Masía.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Caicedo, el Drogba ecuatoriano

Desde que Pelé y Maradona dejaron de jugar al fútbol, se inició la búsqueda desesperada y casi obsesiva de un jugador que tomase el relevo de estos dos jugadores, los más grandes de la historia. Por ello, tanto en Argentina como en Brasil, hemos asistido de forma continua al bautizo de un “nueva Maradona” y de un “nuevo Pelé”, respectivamente. Así, jugadores como Robinho, Neymar o Pato han sido nombrados, junto a otros muchos, como los herederos del crack brasileño. Por su parte, en Argentina parece que el heredero del Pelusa es, ya de forma unánime, Messi. Aun así, el debate duró muchos años, ya que han existido muchos jugadores que desde el momento en el que destacaron mínimamente en el campeonato argentino, fueron llamados a ser los sucesores de Maradona.

En la actualidad, existen también referentes del fútbol mundial que ven cercano el momento de colgar las botas, y que por lo tanto comienzan a asumir que los aficionados les busquen sustituto. Es el caso de Didier Drogba, para mí, el mejor jugador africano de todos los tiempos. A sus 32 años, y debido a la discreta temporada que está realizando en el Chelsea, muchos comienzan a cuestionar si se mantendrá muchos años más jugando a primer nivel. Por ello, están surgiendo jugadores jóvenes que poseen algunas de sus características y que, a los ojos de los aficionados, “luchan” por sucederle.

El joven delantero del Anderlecht, Romelu Lukaku, es uno de los más serios aspirantes en esta carrera por heredar el cetro de Drogba. Los grandes analistas de fútbol de todo el mundo le atribuyen todas las características del jugador costamarfileño e incluso el propio Chelsea ya se ha fijado en él de cara al futuro.






Sin embargo, en la Liga española contamos con un futbolista de similares características que hace años ya fue comparado con Drogba. Se trata de Felipe Caicedo, delantero del Levante. Este joven ecuatoriano, que ya dejó buenas impresiones la temporada pasado vistiendo la camiseta del Málaga, se ha destapado como el jugador más peligroso del conjunto granota debido a su potencia, verticalidad e instinto goleador.




Caicedo aún pertenece al Manchester City, club que se hizo con sus servicios en 2008 pagando siete millones de euros al Basilea y compitiendo por su fichaje con grandes clubes europeos como el Milan. Sin embargo, Caicedo no contó con demasiadas oportunidades en Inglaterra y se marchó cedido, primero al Sporting de Lisboa y más tarde al Málaga. Esta temporada el Levante ha logrado su cesión y cuenta con una opción de compra de un millón de euros, que en estos momentos nadie duda que el equipo que dirige Luis García pagará para, probablemente, revenderlo a un precio mayor. El negocio sería redondo.

Para ello Felipe Caicedo debe continuar dándose a conocer cada fin de semana con sus goles. Esta temporada lleva ya cinco tantos, tres de ellos en los últimos dos partidos, lo que demuestra que su adaptación al fútbol español está siendo completa. Además, su inteligencia con el balón y su compenetración con Stuani, su pareja de ataque, está sorprendiendo a propios y extraños. De hecho, sus goles están siendo uno de los elementos que han hecho posible que el Levante salga de la parte baja de la tabla y comience a respirar con cierta tranquilidad. Todo ello, unido a una defensa experimentada, un centro del campo con criterio y un Juanlu que está resultando letal por la banda izquierda, ha provocado que muchos apostantes rectifiquen en su teorías de situar al Levante como uno de los principales candidatos a descender.




Parece claro que el equipo levantino sufrirá para mantenerse en primera, pero si el Drogba ecuatoriano continúa haciendo goles, esta difícil empresa no parecerá tan imposible como hace unos meses. Caicedo solo tiene que centrarse en asuntos puramente futbolísticos para conseguirlo. ¿Quién sabe? Quizá el año que viene veamos a este jugador rompiendo las redes de los rivales en un equipo con aspiraciones más altas.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Matices de un partido sin historia

Lo que se presumía como una épica batalla en el Camp Nou se quedó en nada muy pronto. Demasiado pronto. En veinte minutos el Barcelona barrió literalmente al Real Madrid del campo y desde entonces los de Guardiola se dedicaron a jugar al gato y al ratón con su máximo rival, endosándole cinco goles que escocerán durante mucho tiempo a la parroquia madridista.

Todos esperábamos que Mourinho saliese a morder desde el principio, pero la primera línea de presión madridista trabajó muy atrás y el Barça apenas encontró oposición para sacar el balón jugado desde la defensa, por lo que los culés manejaron el esférico a su antojo. Por si fuese poco, el Madrid no consiguió enlazar tres pases seguidos y solo algún pelotazo de Casillas a los costados provocaba cierto peligro gracias a las cabalgadas de Ronaldo o Di María, 
solos contra el mundo. Pero eso se acabó pronto y a los diez minutos de la segunda parte los merengues comenzaban a ser humillados.




Por supuesto, no voy a crucificar a un equipo que hasta ahora había convencido a todos. Seria un inepto si lo hiciese. Pero sí diré que Özil probablemente fracase en el Madrid, que Lass Diarra y Marcelo no tienen la estabilidad mental suficiente para jugar en este equipo (Ramos tampoco anda a la zaga) y que se necesita un delantero más como el comer. Aun así, el madridismo puede estar contento con este equipo porque por suerte, lo de ayer, no es lo de este año.

Pero no se puede hablar de este partido sin hablar de un equipo que ya demostró el año pasado que no sabía perder (encendiendo los aspersores, no lo olvidemos, mientras el Inter celebraba el pase a la final de la Liga de Campeones), y que este lunes dejó claro que tampoco sabe ganar. Gestos como el de Guardiola (no es el primer mal gesto de este mentiroso con careta), negándole el balón a Ronaldo y fingiendo una agresión en la cara, o el de Piqué, burlándose de un compañero de selección como Sergio Ramos, hablan muy poco del talante de un equipo que empaña sus méritos con niñatadas. Pero esto es lo de siempre. Si lo hace Ronaldo lo matamos, pero si lo hace Piqué nos reímos. No me quiero ni imaginar lo que habría pasado si Cristiano hubiese mostrado sus cinco dedos de haber ganado por el mismo margen, o si hubiese escupido a Pedro Cortés, o si tirase pipas desde la grada a un compañero…  

Otro de los elementos sorprendentes que nos ha deparado este derbi es observar como los sevillistas han celebrado de forma desmedida la victoria del Barcelona. Hablo de gente como mi gran amigo J.J. Sarabia, aficionado del club del Sánchez-Pizjuán que, apenado por los problemas del Sevilla, no encuentra otro consuelo que animar al club blaugrana. Adam Smith decía acertadamente lo siguiente: “si alguien te halaga por algo que no mereces, no te está halagando a ti, sino a otro. Y eso te martiriza, porque te hace ver lo que deberías ser y no eres”. Supongo que los sevillistas siempre se quedarán deseando ser lo que nunca serán. Es triste, sin duda, contemplar como los aficionados de este equipo emplean todas sus fuerzas en jalear a los culés en vez de dedicarse a llenar de una vez su estadio, que en los dos últimos partidos ha mostrado una afluencia de público deplorable. Pero poco más se le puede pedir al señor Sarabia, por ejemplo, un individuo que cambió su abono de sevillista por hacerse con una guitarra eléctrica que ni siquiera toca. ¿Eso es querer a tu equipo?



En fin, lo que es seguro es que el pasado lunes miles y miles de madridistas acabaron ridiculizados, encerrados en sus respectivos cuartos, cenando cualquier cosa y renegando del barcelonismo. Pero probablemente se fueron a dormir jurando venganza, viendo, con los ojos cerrados, como en un futuro no muy lejano, es el Barcelona el equipo que se arrodilla escupiendo sangre y pidiendo piedad. Como dijo mi madre un día, “te comiste el melón, pero ya cagarás las pepitas…”