sábado, 30 de marzo de 2013

Cuando las cuentas dejaron de cuadrar en el José Alvalade

No se puede afirmar que el Sporting de Lisboa haya sido un club despilfarrador en los últimos años. Si elaboramos un balance de sus cuentas comprobamos que el club portugués no ha invertido cifras estratosféricas en casi ningún futbolista. Más bien se trata de un equipo que nunca acertó con los fichajes. Por supuesto, este factor es casi tan negativo como el primero. Quien despilfarra es estúpido, pero aquel que falla una y otra vez en la incorporación de jugadores es un incompetente. Los directivos del Sporting de Lisboa se acercan más a la segunda que a la primera definición. 

Mientras que Oporto y Benfica lideran futbolísticamente Portugal con una filosofía de compra de jugadores desconocidos, normalmente sudamericanos, para su posterior venta a precios altos, el Sporting de Lisboa ha sido incapaz de planificar a largo plazo y ha vivido temporada a temporada fichando jugadores que destacaban en una campaña de manera aislada, sin seguir eje vertebrador alguno que justificase estas operaciones y pagando además precios relativamente altos por futbolistas que posteriormente apenas aportaron.


Ello ha llevado al Sporting de Lisboa al borde de la quiebra, razón por la cual se ha visto obligado a actuar con premura. Los de José Alvalade acaban de anunciar la venta de su principal estrella, Ricky Van Volfswinkel, al Norwich, por diez millones de euros. Y la razón es que el club portugués lleva años sin conseguir que alguna de sus inversiones económicas rindan como es debido. Sin ir más lejos, Van Volfswinkel, que llegó por seis millones de euros, ha sido incapaz de cumplir las expectativas. 

Pero el delantero holandés no ha sido el único en salir debido a las urgencias económicas. Xandao también ha dejado dinero en caja al marcharse al Kuban por tres millones de euros, mientras que Izmailov ha recalado en un rival directo, el Oporto, debido a que su alta ficha era ya insoportable para el club de la capital. Además, jugadores como Carriço, Onyewu o Pranjic han dejado el equipo sin pena ni gloria, a pesar de las altas expectativas que crearon con su llegada y del considerable sueldo que todos ellos cobraban en Lisboa. Por si fuese poco, el Sporting ha vendido por cantidades considerables a Insúa al Atlético de Madrid (3,5 millones), Joao Pereira al Valencia (3,7) o Mati Fernández a la Fiorentina (3,9), y aun así sus cuentas continúan en números rojos. Esto demuestra que desde hace algún tiempo los directivos del club capitalino aventuraban que las cuentas no cuadraban, y aun así se dejaron ocho millones de euros el pasado verano en la incorporaciones de Marcos Rojo y Matías Viola, jugadores que ni mucho menos han rendido como sus altos precios de traspaso hacían presagiar. Y lo malo es que esta ha sido una constante con la inmensa mayoría de los fichajes del Sporting de Lisboa desde hace más de un lustro.


De hecho, en las oficinas del José Alvalade se han cometido disparates como abonar casi nueve millones de euros por el ex jugador del Atlético Elías, seis por Sinama Pongolle, casi cuatro por Jeffrén, 3,5 por Diego Capel, 3 por Evaldo (sí, por Evaldo), 3,4 por Torsiglieri, o dos por Zapater. Como apuntamos anteriormente, estas operaciones no se pueden calificar como un despilfarro ya que muchos de estos jugadores prometían llegar alto. Sin embargo, ninguno de ellos ha triunfado en Lisboa, y eso no es casual. La planificación deportiva no ha sido la correcta.


De modo que el Sporting se está reinventando. Ha decidido abandonar una filosofía por la cual cada verano invertía millones de euros en jugadores que posteriormente no daban la talla y ahora parece volcarse en incorporar a futblistas portugueses, que no corran el riesgo de sufrir problemas de adaptación y que asuman fichas bajas sin apenas pagar dinero por su traspaso, siendo las cesiones un modo de supervivencia. Esto, unido a la posibilidad de que pronto surja de la cantera del José Alvalade un Cristiano Ronaldo, un Moutinho o un Veloso por el que ingresar altas cantidades, son las esperanzas con las que cuenta el Sporting para sobrevivir. 

Si años anteriores los resultados deportivos no eran buenos, tampoco se puede afirmar que fuesen desastrosos. Sin embargo el club lisboeta tocó fondo esta temporada y actualmente ocupa el puesto 10 de la Liga Sagres. Así, puede que este bache sea positivo. Es posible que la crisis económica y deportiva que atraviesa el Sporting le haga escarmentar y le obligue a apostar por una filosofía alejada de lo exuberante y más parecida a la eficiencia de Benfica y Oporto. Y es que como afirma Vetusta Morla en Los días raros, “sin borrón no hay trazo”.

domingo, 17 de marzo de 2013

Los siete delanteros de la Juve

Tener poco puede ser tan malo como tener de más. Esta frase tan sencilla vale para referirse a la comida, el amor, el ejercicio físico o incluso el sexo. Y por supuesto, como casi todo en la vida, sirve para el fútbol

La Juventus ha resurgido de sus cenizas. Tras descender a la Serie B por un escándalo de corrupción el club turinés se vio obligado a reinventarse y de la mano de Antonio Conte ha conseguido volver a lo más alto. Cuenta con una defensa sobria, eficiente y con alternativas y con un centro del campo en el que Pirlo, Marchisio, Vidal y Pogba se bastan y se sobran para rendir en tres puestos.



El problema llega en la delantera. Es en esta línea en la que la Juventus cuenta con tantos jugadores que el equipo acaba perjudicado. Primero porque ninguno de ellos tiene la calidad suficiente como para destacar sobre el resto, y segundo porque la ausencia de jugadores titulares en punta dinamita la confianza en sí mismos de los atacantes. Bendtner, Anelka, Matri, Quagliarella, Vucinic, Iaquinta y Giovinco son los jugadores de ataque de la Juve. Siete futbolistas para dos posiciones. Demasiados. Y si hay tantos delanteros en el equipo es porque ninguno de ellos ha conseguido convencer a Conte. 

Antes de nada debería realizar una distinción entre las funciones que realiza Giovinco y las que llevan a cabo los otros seis hombres. Sebastian Giovinco es más mediapunta que delantero, y ningún otro jugador juventino puede realizar la misión de enlazar centro del campo con la delantera como él hace. Es por ello que Giovinco es el más titular de los siete jugadores mencionados, con un total de 27 partidos disputados en el Calcio (20 de ellos de titular) y seis en Liga de Campeones (cuatro de ellos de titular). En total ha marcado nueve tantos, pero por su función de mediapunta, asumo que el gol no es su principal objetivo. De modo que nos centraremos en el resto de jugadores de ataque.

Seis delanteros para un puesto. Demasiados. Imaginen cómo entrenan y cómo disputan los minutos de los que goza cada uno de ellos. A priori, Mirko Vucinic con 25 partidos jugados en la Serie A (19 de ellos como titular) y seis en Liga de Campeones (cinco de inicio), es el delantero centro titular. Y sin embargo ha marcado los mismos goles que Giovinco, siete en liga y dos en Europa. Una cifra raquítica para el presumible hombre fuerte de la delantera de la Juventus, sobre todo si la comparamos con los números de los delanteros del resto de grandes equipos de Europa. Y ahí es cuando asaltan las dudas y entran en juego los otros cinco nombres de la baraja.


Vucinic ya contaba con números bastante pobres la temporada pasada, año en el que marcó la triste cifra de ocho goles en la Serie A. De hecho se empieza a asumir que Vucinic no es un goleador y que nunca lo será. Es por ello que los directivos de la Juventus decidieron incorporar a Nicklas Bendtner en agosto y a Nicolas Anelka en enero. Pero ninguno de los dos está siendo tenido en cuenta por Antonio Conte. El danés ha sido un estrepitoso fracaso y muchos se alegran de que haya llegado cedido y no traspasado. El jugador propiedad del Arsenal ha disputado ocho partidos en la Serie A con la Juventus, y sólo dos de ellos como titular. Su lamentable aportación al equipo se redondea con único partido, como suplente, en Liga de Campeones. Por supuesto, Bendtner no ha conseguido ni un solo tanto en ambas competiciones, y Arsène Wenger se empieza a preguntar qué hará con él la próxima temporada. Anelka, por su parte, lleva apenas unos meses en el equipo. No obstante, sólo ha contado para Conte en un partido en Serie A y otro en Champions League, ambos saliendo desde el banquillo. Y parece que su aportación al equipo no será mucho mayor en adelante.

Ambas incorporaciones no han conseguido relegar a un segundo plano los otros delanteros que pertenecían al equipo y que ofrecían dudas. De hecho, Fabio Quagliarella es el único punta que ha conseguido hacer sombra a Vucinic. El ex de Nápoles y Udinese ha disputado 18 partidos en Serie A (diez de ellos como titular) y cinco en Champions (dos de inicio). Sin embargo, Quagliarella es el máximo goleador del equipo con once tantos, siete en Liga y nada más y nada menos que cuatro en competición Europea. Aun así, cuando Vucinic ha estado bien físicamente, Conte ha preferido al montenegrino a pesar del buen hacer de Quagliarella.

Por otro lado, Alessandro Matri es el jugador de ataque que probablemente mejor cumple ese perfil de delantero centro goleador. Con 17 partidos en la Serie A y sólo siete de ellos como titular, el italiano ha conseguido seis tantos, mientras que en Europa ha disputado siete partidos y ha marcado dos tantos. De modo que Matri ha aprovechado bien sus minutos, y aun así no ha conseguido ser titular asiduamente ni mucho menos.


Por último, el caso más triste es el de Vincenzo Iaquinta, un jugador que prometía llegar a lo más alto y que no ha contado con un solo minuto en lo que llevamos de temporada. 

Ahora que parece que conseguirá el Scudetto con cierta tranquilidad, más le valdría a Conte dar con el delantero que le asegure ese factor diferencial en ataque de cara a los cuartos de final de la Liga de Campeones. A los italianos les espera el Bayern, club que con Mandzukic y Mario Gómez tiene veinte veces más gol que la Juve.

Pero la situación no puede seguir así por mucho tiempo. Los actuales delanteros del conjunto de Turín son demasiados y parecen asumir el papel de parche. El año que viene llegará Fernando Llorente y a priori el problema del delantero quedará solucionado (aunque eso está por ver, pues el español no es un goleador demoledor). Por suerte, el centro del campo ha salvado los muebles a la Juve esta temporada en más de una ocasión. Vidal es el segundo máximo goleador de los de Conte en Europa con tres goles, y tanto el chileno como Pogba, Marchisio y Pirlo acumulan cinco tantos cada uno en competición doméstica. Ellos y los delanteros titulares/suplentes, todos juntos, son los que están marcando goles. Por ello da escalofríos pensar lo que sería este equipo con un Van Persie, un Falcao o un Jackson Martínez. Basta de mediocridad. La Juventus, en la 2013-2014, debe dar el salto.