En una ocasión leí que el entrenador del Real Madrid está expuesto a más presión que el mismísimo presidente del Gobierno. Y es que los técnicos que han pasado por el Bernabéu en los últimos años pocas veces se han marchado del club blanco con halagos por parte de la afición o la prensa. Desde que Florentino Pérez decidió prescindir de Vicente del Bosque después de casi cuatro años en el cargo, los entrenadores han entrado y salido de Concha Espina de forma continua y ninguno de ellos se marchó entre alabanzas hacia su trabajo ni aún consiguiendo títulos, como hicieron, por ejemplo, Capello o Schuster.
Luxemburgo, Queiroz o Pelegrini son ejemplos del perfil de entrenador que siempre buscó Valdano. El fútbol que a priori proponían era alegre y vistoso, anteponiendo siempre el ataque a la defensa. Sin embargo, sin saber muy bien por qué, el juego del equipo terminaba siendo plano, predecible y excesivamente dependiente de la pegada de los jugadores de arriba. Y al final llegaba la decepción y la consiguiente destitución del técnico sin apenas tiempo para que este tuviese opción de defender sus planteamientos.
Pero este verano, debido a la sequía de títulos madridista de la temporada pasada, Florentino Pérez decidió hacer oídos sordos a los consejos de Valdano y contratar a un técnico con el que las cosas podían ser diferentes, al menos en cuanto a lo que resultados se refiere. Jose Mourinho aterrizó en Barajas y con él trajo una nueva filosofía nunca vista en la capital. Se trata de un técnico que basa su juego en una buena defensa (lo que no quiere decir en absoluto que sea un técnico defensivo), que sigue confiando en la efectividad de sus delanteros para ganar muchos de sus partidos pero que ha conseguido crear un equipo que ha encajado únicamente cuatro goles en once partidos. Esa es la principal novedad de este Real Madrid, y es que por mucho que echemos la vista atrás, es casi imposible recordar una defensa tan eficiente y efectiva como la actual, y más si tenemos en cuenta que ni Albiol ni Garay han debutado todavía, lo que nos lleva a pensar que el sistema defensivo de este equipo no se basa únicamente en los cuatro hombres de la línea de atrás.
Otra de las novedades que ha introducido el portugués ha sido la concentración de la atención de todos los medios en su persona. En la última década han sido las estrellas que trotaban por el césped las que acaparaban todas las miradas. Cualquiera de sus movimientos era tan alabado como criticado por un sector la prensa, lo que aumentaba la presión que dichos jugadores sentían cada vez que se enfundaban la zamarra blanca. Mourinho ha cambiado eso. Ahora los rivales, la prensa y los aficionados hablan de él antes y después del partido, olvidándose en gran parte de los jugadores. El año pasado parecía que Cristiano Ronaldo era la diana sobre la que lanzar dardos cuando las cosas iban mal, y la cabeza en la que poner la corona cuando el mar estaba en calma. A eso estábamos acostumbrados en España, sobre todo en el caso del Real Madrid, y este ha sido el segundo gran éxito de “Mou”.
Todo ello, unido a la consecución de una plantilla bien diseñada, prescindiendo de cualquier elemento que pudiese desestabilizar al club y fichando las piezas necesarias, sin grandes alardes pero sin escatimar en gastos, ha provocado que este Real Madrid sea líder de la Liga y que haya logrado pleno de victorias en la Champions League. Y aunque al principio existían dudas, sobre todo respecto al juego madridista, después de las abultadas victorias sobre el Deportivo de la Coruña, el Milan y el Racing de Santander, son pocos los que niegan que este equipo juegue actualmente mejor que el Barcelona de Guardiola.
Aún es pronto para dar por definitiva cualquier cosa, sin embargo parece claro que la máquina de ganar que ha creado Mourinho puede no solo acabar con el protagonismo absoluto del Barcelona en el panorama futbolístico español, sino también con la inestabilidad que sufre el banquillo merengue desde que Del Bosque hizo las maletas. Todo apunta a que Mourinho puede perpetuarse en el cargo al más puro estilo Miguel Muñoz, y que únicamente saldrá del Real Madrid, posiblemente por la puerta grande, cuando él mismo así lo quiera.
lo unico que no me gusta de mou es su traje gris con camisa azulmarino, que alguien le regale una camisa blanca que viste mucho mas en chamartin
ResponderEliminarpor cierto para cuando una entrada sobre la catregoria de plata y la necesidad que se impone de crear una liga de filiales para que equipos como el villarreal b y el barça b dejende deambular por dicha categoria sin pena ni gloria
ResponderEliminarpronto escribiré sobre la segunda division y los problemas de la misma
ResponderEliminarcuando llegue el invierno, mourinho se pondra su bufanda, y eso si que le queda elegante
Hombre, yo no sé si con Mourinho se inicia una nueva época dorada del Madrid, pero lo que si que es cierto es que motiva a los jugadores de una manera loca, que salen al campo que se lo quieren comer todo... O al menos eso me parece a mí. Además es todo un personaje el colega, un tío con carisma!
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