miércoles, 1 de junio de 2011

Cosas que recuerdan a Depor

Todos recordamos aquel cromo de Panini de la temporada 97-98 en el que aparecía Flavio Conceiçao vistiendo la camiseta del Deportivo de La Coruña. Era el único que me faltaba para completar la colección de ese año. Jamás lo encontré. Nunca se lo vi a otro niño. A mis diez años, llegué incluso a pensar que no se había fabricado y que nos habían engañado a todos.

También recuerdo, vagamente, el jaleo enorme que se montó en el 94 después de que Djukic fallase un penalti, evitando que el “SuperDepor” de Arsenio Iglesias se hiciese con la Liga. Eso fue antes de que Rivaldo vistiese la casaca blanquiazul para luego marcharse al Barcelona, club que pagó su clausula de rescisión poco antes de cerrarse el mercado de fichajes, ante la imposibilidad de negociar con un tipo como Lendoiro.




Otra de las cosas que me vienen a la mente es la inmensa celebración que se vivió en La Coruña cuando en el año 2000 el Deportivo se hizo al fin con la Liga. Recuerdo a los Mauro Silva, Fran o Manuel Pablo subidos a un autobús rodeados de coruñeses felices con su equipo, contentos con la ruptura del dominio de Barcelona, Real Madrid y Valencia en la competición doméstica (por aquel entonces eran tres los equipos que ganaban, ahora por desgracia sólo son dos). Jamás olvidaré las memorables palabras del propio Augusto César Lendoiro aquel día: “En Nochevieja, en una boda, en una comunión o en un simple cumpleaños, le gente se emborracha porque ese día hay que emborracharse. Sin embargo, hoy los coruñeses se emborrachan porque están felices”.



Con el Depor viví uno de los momentos más emocionantes de mi corta vida como aficionado al fútbol. La remontada en Liga de Campeones al Milan será un recuerdo que mi mente tardará mucho en olvidar. El día después de aquel hito, L´Equipe incluía un artículo que se titulaba de la siguiente manera: “Valerón, el mejor pasador en corto del mundo”. Poco más se puede decir de aquel día, en el que los gallegos levantaron un 3-0 en el partido de vuelta.

Djalminha y su regate estratosférico ante el Real Madrid, aquel gol de Donato desde el centro del campo, la gravísima lesión de Manuel Pablo, el gol anulado a Songo´o, la eterna veteranía de Naybet, el fichaje fallido de Cesar Sampaio, las genialidades de Tristán… Son miles los momentos inolvidables que visualicé mentalmente cuando viví en directo el descenso del Deportivo de La Coruña hace un par de semanas.




No voy a decir que desease que Real Sociedad u Osasuna descendiesen. Pero confieso que no quería que bajase el Deportivo. Para los jóvenes de mi generación el equipo coruñés ha sido siempre de Primera, como el Espanyol o el Athletic. No podemos imaginarnos a esos clubes en Segunda División porque nunca los hemos visto ahí. Será difícil ver jugar al Deportivo de La Coruña contra el Villarreal B, por ejemplo.

Lo cierto es que si Lendoiro reinventó al Depor años después de ganar la Liga, creando un equipo joven y competitivo con Caparrós a la cabeza, también puede hacerlo ahora. Oltra abandera un nuevo proyecto en el que se tiene muy claro que hay que crear un equipo de Segunda para salir de Segunda. Betis y Atlético no supieron hacerlo en su primer año en el infierno. Pero “Perro viejo" Lendoiro lo sabe, y eso es una suerte para los blanquiazules.

2 comentarios:

  1. Valerón y Molina en el bus? contraste su información señor Rubio

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  2. Pido perdón a mis seguidores por este error. No hay excusa que valga. Por supuesto ya está arreglado.

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