Toca fin de semana de partidos internacionales y entre el Rusia-Portugal, el partido de transistor de España o el apasionante Argentina-Venezuela apenas queda espacio para hablar de la actualidad de los clubes. Sin embargo, Mourinho ha aprovechado este parón para conceder una de las escasas entrevistas con las que nos suele sorprender una vez iniciada la temporada. En esta ocasión ha sido el diario portugués A Bola el que la ha conseguido, y en dicha entrevista encontramos jugosas declaraciones.
Y es que Mourinho se ha atrevido a decir que Ronaldo no sólo es mejor que Messi en este planeta, sino en todo el universo. Puede que estas palabras ayuden a difuminar la tristeza de Ronaldo, pero lo realmente transcendente es la corriente de declaraciones que critican a Mourinho por ensalzar al jugador del Real Madrid por encima de Messi. Al parecer Iniesta tiene licencia para afirmar que Valdés es el número uno pero Mourinho no puede hacer uso de su libertad para decir lo que piensa.
Al igual que no tiene derecho a abroncar a sus jugadores. Casillas no está en buen estado de forma y Özil ha comenzado la temporada arrastrándose por el campo. No obstante, si el técnico luso los abronca, Sergio Ramos decide solidarizarse con el turco y los medios se encargan de lapidar a Mourinho por su falta de tacto. Sin embargo, entrenadores como Jiménez, Mendilibar o Bielsa pueden exigir más a sus futbolistas y criticar sus actuaciones sin que una corriente popular los cuestione y desacredite.
Tampoco puede Jose Mourinho, por supuesto, hablar de árbitros. Y si lo hace se le tilda de llorón y quejica. Sin embargo los clubes pequeños se pueden quejar de ser perjudicados y Tito Vilanova tiene licencia para dar la puntilla a cada árbitro español que le incomoda. Pero sólo Mourinho es acusado de buscar excusas.
En definitiva, Mourinho no tiene permiso para opinar sobre el mejor jugador del mundo, no puede arengar a sus propios futbolistas y ni mucho menos está autorizado para hablar de los árbitros.
Por supuesto, el portugués ha cometido errores enormes, tanto a nivel futbolístico como dialéctico. Sin embargo da la sensación de que cada vez que Mourinho abre la boca media Liga se refugia en las trincheras y se defiende de sus balas verbales, en muchos casos imaginarias. No permitamos que Mourinho raje de la Selección, mienta en ruedas de prensa o se muestre soberbio y altivo. No le demos un trato diferencial al portugués otorgándole beneficios y privilegios. Pero tampoco afilemos el cuchillo cada vez que sus palabras no sigan la línea de lo políticamente correcto. Porque como afirma Félix de Azúa en una entrevista a la magnífica revista Jotdown, “lo políticamente correcto es el fascismo contemporáneo”.
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