sábado, 15 de enero de 2011

Absurdeces futbolísticas

Hay decisiones que cuesta entender. La creación del ministerio de Igualdad, el rodaje de El Efecto Mariposa II, o la elección de Periodismo como carrera son un ejemplo. Se trata de consideraciones que encuentran la oposición de una clara mayoría y que escasamente son defendidas con criterio por quienes las apadrinan.

Es el caso de Atlético de Madrid, un equipo que el año pasado sufrió debido a su corta plantilla. La llegada de hombres como Diego Costa o Mario Suárez parecía ser el remedio para este mal, de no ser porque los colchoneros se desprendieron de jugadores como Ibrahima o Salvio, volviendo a empequeñecer sus virtudes. Parece que el Atlético no entiende el concepto “profundidad de plantilla”, y eso que Quique Sánchez Flores ha pedido educadamente (algo no muy típico en él) refuerzos para su equipo.



 Asimismo, la venta de Jurado y el reciente interés por Rakitic son dos acciones atléticas que representan la viva imagen del mundo de las contradicciones. A principio de temporada Cerezo vendió al centrocampista español al Schalke 04 por unos doce millones de euros. Pero es que hasta hace poco, el Atlético ha mostrado interés en pagar la misma cifra por el croata. ¿Por qué vendió entonces a Jurado?

Pero esto no acaba ahí. Cedric, jugador cedido por el Atlético de Madrid al Numancia, se está mostrando como una de las revelaciones de Segunda División. Gonzalo Arconada redescubrió a este jugador como extremo izquierdo, pero ha sido con Juan Carlos Unzué como entrenador, con el que Cedric ha mostrado todo su potencial. Velocidad, desborde, técnica y llegada son sus principales características. ¿Nadie desde el Vicente Calderón ha creído conveniente recuperar a este genial jugador en el mercado de invierno ante las carencias del equipo?


Más absurdo si cabe es el modo en el que el Real Madrid está buscando a un nueve. Se han barajado nombres que han provocado risa a más de uno. Nadie se explica que un delantero como Gekas, que durante años se ha arrastrado literalmente por los terrenos de juego alemanes, aparezca en la lista de delanteros que barajan los técnicos merengues. Vale que sea el actual pichichi de la Bundesliga. Pero es que estamos hablando del Real Madrid.


Fuera de España las incoherencias futbolísticas también están presentes. Nadie conoce la razón por la que Mancini sigue apostando por un trivote para el centro del campo del Manchester City, por ejemplo. Por muy ofensivo que pueda ser Touré Yayá, una medular formada por él, Barry y De Jong impide, por fuerza, que la mejor plantilla de Inglaterra lidere con solvencia la Premier. Esto, unido a la suplencia inexplicable e ilógica de Adam Johnson, hace que muchos aficionados pidan la cabeza del técnico italiano en bandeja.

Tampoco es entendible que el Milan haya creado un superequipo en la delantera, mientras que el centro del campo y gran parte de la defensa parecen formar parte de un chiste. Jugadores como Bonera, Flamini o Seedorf hace tiempo que deberían estar en las catacumbas del fútbol actual.

Pero lo peor de todo es que hay gente, como mi estimado J.J Sarabia, que defiende muchas de estas posturas. Cuando Sarabia (alias Sanabria) opina, se transforma en un avión sin ruedas que vuela magníficamente pero que al aterrizar se la pega. Se trata de un amante de las piscinas de barro que le ofrece la mayoría de la propaganda sevillista. Disfruta revolcándose en ellas
. Pero parece que nos tendremos que resignar a vivir con este tipo de insultos a la inteligencia. ¿Quién sabe? Quizá sin ellas el fútbol no sería lo que es.

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