A pesar de que la Premier no ha hecho más que empezar, parece claro que Manchester United, Manchester City y Chelsea se disputarán hasta el final las tres primeras plazas. El Arsenal, en cambio, muestra evidencias de haberse quedado atrás en esta pelea en las últimas semanas. En el vibrante encuentro que acabamos de vivir y que ha enfrentado a Arsenal y Liverpool no sólo había en juego tres puntos. Ambos equipos peleaban por el favoritismo de cara a conseguir esa ansiada cuarta posición que los tres grandes de Inglaterra dejarán libre.
Y es que las lesiones, la venta de jugadores y la poca fiabilidad (por ahora) de los recambios son los problemas de los gunners. Acostumbrados a jugar al toque, mover el balón y hacer correr al rival, el Arsenal se vio impotente en la primera parte ante el Liverpool, en la que los de Dalglish jugaron a un gran nivel. El Arsenal, en su propio estadio, ni olía la pelota, y llegó al descanso con un empate a cero que le supo a gloria.
En la segunda mitad las cosas se igualaron y el Liverpool perdió por momentos el dominio del partido. Jugaba fuera, llovía mucho y el Arsenal, por orgullo, apretaba. Pero la expulsión de Frimpong precipitó los acontecimientos y los reds se fueron a por el partido.
Jenkinson y Frimpong no terminan de convencer. El ex del Charlton recula demasiado en defensa y no se prodiga en ataque, mientras que el centrocampista de origen africano hace gala en cada partido de unas cualidades envidiables, pero creo que se trata del típico futbolista que destaca cuando es un adolescente y que, en cambio, se estanca cuando el físico no le ofrece una ventaja tan plausible sobre los rivales. Por lo demás, Ramsey parece por ahora incapaz de tomar las riendas del equipo, mientras que Arshavin sigue con la cabeza puesta en no se sabe bien qué cosas. El ruso parece dispuesto a tirar su carrera en la Premier a la basura. Lo mejor, el buen partido de Ignasi Miquel, que demostró que puede asumir galones si el equipo así lo requiere.
El Liverpool, por su parte, sigue una dinámica completamente distinta a la del Arsenal. Su centro del campo es un escándalo, con jugadores de gran calidad como Adam o Downing, apoyados por Lucas Leiva, que está demostrando todo lo que vale, y con Henderson, que aporta presencia, trabajo, llegada y criterio. Sin olvidarnos de que en el banquillo se quedan jugadores como Raúl Meireles, que la temporada pasada se salió. Además, José Enrique está demostrando que puede llegar a ser el mejor lateral zurdo de la Premier (esperemos que Del Bosque tome nota), mientras que en la delantera, Carroll y Luis Suárez forman una de las mejores duplas ofensivas de la competición.
En definitiva, la victoria del Liverpool deja entrever lo que puede suceder a lo largo de la temporada en esa lucha que se prevé intensa entre gunners y reds. El Liverpool parece en mejor estado de forma, con buenas sensaciones y con un verdadero equipazo, y si coge una buena racha, puede que las diferencias con el Arsenal sean insalvables. Los de Wenger, en cambio, presentan síntomas de una inminente enfermedad que probablemente les haga sufrir mucho a lo largo de la temporada. Y si el Arsenal no alcanza puestos de Champions, se tendrá que reinventar de nuevo, pero esta vez desde un escalón aún más bajo.