Hace unos días Gabi Milito fue presentado como nuevo jugador de Independiente. El veterano central argentino vuelve su país natal tras ocho años en el fútbol español. Debutó en nuestra Liga en las filas del Zaragoza, equipo con el que demostró sus grandes cualidades como central. Las magnificas temporadas que realizó en la capital maña propiciaron que grandes equipos de Europa se fijasen en él. Finalmente fue el Barcelona el que consiguió hacerse con sus servicios por 20,5 millones de euros.
El fichaje de Milito por los culés se vio por aquel entonces como una bofetada al Real Madrid. Los Servicios Médicos del club, con Alfonso del Corral a la cabeza, habían desestimado cuatro años antes su incorporación debido a unos problemas que presentaba en su rodilla derecha, y que incrementaban de manera notable el riesgo de sufrir una lesión. Este hecho, con el que el Real Madrid tenía poco que ganar y mucho que perder, fue muy criticado.
Y aún más cuando Milito completó cuatro buenas temporadas con el Zaragoza sin atravesar problema físico alguno de importancia. Los ataques contra el equipo merengue subieron de tono y cada enfrentamiento entre Zaragoza y Real Madrid era visto como una especie de venganza. Una demostración de que el argentino podía jugar sin problemas y una oportunidad para que los más escépticos acusasen los servicios médicos del club blanco de renunciar a su fichaje por oscuros motivos.
Ahora Milito se marcha del Barcelona. Vuelve al equipo de toda su vida y parece que lo hace por la puerta grande. Pero si miramos su carné de identidad nos damos cuenta de que algo falla. ¡Apenas tiene 30 años! La edad perfecta para un defensa central consolidado en Primera División. En condiciones normales debería seguir jugando cinco años más al máximo nivel.
Pero nos olvidamos de que Milito ha pasado más de un año alejado de los terrenos de juego debido a que, por desgracia, su famosa rodilla derecha no aguantó más. Con anterioridad había tenido problemas en la izquierda, pero fue su pierna diestra la que acabó con su carrera. Su vuelta a los terrenos de juego se calificó como algo milagroso y meritorio, pero Milito no volvió a ser el mismo. En el Barcelona no logró encontrar la regularidad y, a pesar de que este verano fue titular con Argentina en la Copa de América, el torneo que realizó puede ser calificado como lamentable. Además, Guardiola había perdido la confianza en él desde mucho meses atrás.
Milito ya no cuenta con esa chispa que le hizo triunfar en Zaragoza. No tiene potencia alguna ni velocidad en los giros, algo muy importante en un central de sus características. Le cuesta mucho cambiar la dirección en carrera y ha perdido la confianza en el pase.
El caso es que Del Corral tenía razón. Y el Real Madrid hizo muy bien en respetar la opinión del jefe de sus Servicios Médicos, a pesar de las críticas que se arriesgó a recibir y que de hecho, recibió. En el panorama futbolístico existen jugadores con tendencia a lesionarse, y a día de hoy, confiar en un futbolista así para jugar al máximo nivel es un riesgo que los clubes no se deben permitir. El Barcelona puede dar fe de ello, puesto que le salieron muy caros aquellos 20,5 millones de euros.
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