Es triste comprobar como por ejemplo un Nápoles-Génova, con Lavezzi, Pastore, Palacios o Veloso sobre el campo, termina sin goles y lo que es peor, sin una sola jugada trenzada con sentido por alguno de los dos equipos. Y tres cuartos de lo mismo sucede cuando los grandes se enfrentan entre sí. Y es que, a pesar del triplete conseguido el año pasado, da la sensación de que a este poco renovado Inter de Milán de Rafa Benítez le costará repetir la gesta. Sus resultados, y sobre todo su juego, están siendo muy diferentes a los del año pasado, y es que a pesar de que muchos tildan a Mourinho de ser un entrenador defensivo, la intensidad y la verticalidad siempre ha estado presente en sus equipos. Sin embargo, en Italia, a día de hoy, incluso el ritmo del juego en los partidos se ha visto reducido.
La Juventus y el Milan, por su parte, han optado por una total revolución en sus plantillas con la que tampoco han conseguido mejorar de forma notable el nivel de su juego. El equipo de Berlusconi optó por el star system propio del cine americano de los 30 y los 40 para volver a ilusionar a su afición, pero a la efectividad y elegancia de los Robinho, Ronaldinho y Pato le afecta sobremanera una plantilla corta que se parte en dos cada vez que el ritmo que le impone el rival aumenta las revoluciones del partido. La Juventus en cambio se ha refugiado en el 4-4-2 imperturbable de Luigi Del Neri para mostrar un bloque compacto que depende en exceso de Del Piero y de la electricidad de Krasic para ganar partidos, ya que la creatividad de su centro del campo suele ser nula.
De hecho, en el partido del pasado domingo que enfrentó a la Vecchia Signora contra el Cesena, se pudo observar claramente como los equipos recién ascendidos están comenzando a apostar por el fútbol de toque para intentar doblegar a los grandes del Calcio. Ya sucedió el año pasado con el Bari, y esta temporada un Cesena liderado por Parolo en el centro del campo (un jugador a lo Xavi, algo que no abunda en Italia) parece que quiere apostar por el buen gusto en su fútbol como camino más corto hacia la victoria. Ante la Juventus dominó casi por completo el partido a pesar de contar con un jugador menos durante bastante tiempo.
Con todo esto, parece difícil que Italia comience a dar bola a los Parolo, Cigarini, Candreva o Liverani, y lo más probable es que Palombo, Gattuso, Sissoko, o Motta ganen un combate en el que la técnica agoniza mientras la táctica prepara el hachazo final que coloque al Calcio como la cuarta liga europea, y bajando.
Pero no puedo cerrar esta entrada, en la que hablo de lo decrépito que es el fútbol en algunos lugares, sin acordarme de mi buen amigo J.J. Sarabia, un firme defensor de anteponer el fondo a la forma y el fin a los medios. En su blog, que por cierto cuenta con bastantes menos visitas que el mío, compruebo de nuevo de forma lamentable que continúa hablando del Sevilla, y solo del Sevilla. Desde aquí le aconsejo, señor Sarabia, que si desea aumentar el éxito de su espacio, diversifique los contenidos para intentar así llegar a más gente. No se obceque, como les sucede a la mayoría de entrenadores que pasan por el Pizjuán, y deje volar su imaginación, como hace Özil cada vez que su empeine acaricia la pelota.
El espectáculo está donde uno quiera verlo. Usted no deja de ofenderme y de decir cosas que de antemano sabe que no son verdad. Le considero mi amigo y no me gustaría dejar de hacerlo.
ResponderEliminarJ.J. Sarabia
No se obseque usted... nose porque una entrada que habla sobre el 'calccio' tiene que terminar hablando de la liga española y mucho menos del Sevilla...Quizás sea envidia por ganar títulos que su equipo no gana desde hace años...
ResponderEliminaros invito a leer mi próxima entrada, os gustará...
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