jueves, 17 de marzo de 2011

Las cosas que hacen grande a Benzema

Llegó al Real Madrid la temporada pasada a cambio de 35 millones de euros. Disputó 27 partidos en Liga y marcó únicamente 8 goles. No consiguió hacerse con la titularidad. No marcaba las diferencias. Dejó de ser titular con Francia. Se vio envuelto en un proceso judicial por un caso de proxenetismo de menores. Fracasó estrepitosamente con su selección en el Mundial de Sudáfrica. Con Mourinho, al igual que con Pellegrini, no conseguía ser titular. No aprovechó los minutos que le ofrecían y en enero Carvalho llevaba más goles que él. Mourinho le pedía más e incluso parecía que le ridiculizaba en las ruedas de prensa. Llegó Adebayor. Benzema estaba acabado.





Todo este proceso fue el que provocó que el madrididismo pidiese la cabeza de Benzema. Se oían todo tipo de comentarios en su contra y nadie por aquel entonces habría apostado por la reconversión de este futbolista. Le faltaba ritmo, velocidad, astucia. Le faltaba sangre, echarle bemoles. El Santiago Bernabéu, acostumbrado a la lucha y a la brega de Raúl, no soportaba contemplar la aparente pasividad del francés. Pero todo esto hizo que mucha gente cayera en el error de decir que Benzema “era malo”. Y nada más lejos de la realidad.




Benzema posee unas características impresionantes para jugar al fútbol. Tiene potencia, movilidad, remate de cabeza, regate, definición y buen disparo con las dos piernas. Se trata de un delantero moderno, que puede actuar como referencia y también caer a bandas volviendo locos a los centrales, que nunca saben por dónde puede aparecer y matar. Además, Benzema tiene algo que hay que valorar como es debido. Una gran capacidad para el desmarque. Si nos fijamos, cada vez que Ronaldo, Di María u Özil agarran el balón, el único que busca ofrecerse como una opción para la jugada es Benzema. El problema, y ese ha sido un gran hándicap para el francés, es que únicamente Özil suele buscarle con un pase en profundo. Ronaldo y Di María son más individualistas, y eso no le ha ayudado.

Pero Benzema ha sabido rehacerse y adaptarse. Consciente de sus posibilidades, jamás se quejó por su suplencia. Acató todas y cada una de las órdenes de Mourinho y trabajó duro para llegar a convertirse en el 9 del Real Madrid. Le ha costado mucho sufrimiento. Muchos disgustos. A veces parecía que daba un paso adelante para después dar dos hacía atrás.




Pero después de sus tres dobletes y de salvar al equipo en momentos importantes como el partido ante el Sevilla en la ida de la Copa o ante el Lyon a lo largo de toda la eliminatoria en Champions, Benzema ha recuperado la confianza. Y eso es lo que le hacía falta. Marcar goles para ganar confianza y poder jugar sin presión. Lo demás viene sólo, ya que sus condiciones para triunfar en este deporte son magníficas. Benzema tiene varios defectos, pero también cuenta con grandes virtudes que le hacen muy grande. De primeras, Adebayor ya es el delantero suplente. Y puede que incluso a Higuaín le cueste quitarle el puesto cuando se recupere...

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