martes, 1 de marzo de 2011

La muerte del nueve puro

Está claro que todo o casi todo lo antiguo tiende a desaparecer. Desde el pañito de la abuela que hay encima de la televisión para evitar que el polvo se acumule, hasta las estufas con ruedas que tan cómodas resultaban antaño. En el fútbol también pasa. Todos recordamos, en parte gracias al mítico FIFA 98 para Nintendo 64, como los entrenadores de hace quince años podían optar por colocar una defensa de cuatro en línea que aún hoy sigue vigente, o bien su alternativa, con líbero. O libre. Esa posición en la que, según dicen, tan bueno era Matthäus y que en la actualidad ningún equipo suele utilizar.


Actualmente sucede lo mismo con la posición del delantero centro. Personalmente siento simpatía a la par que admiración por el típico nueve cazagoles que se busca la vida para conseguir lo que a veces parece fácil; empujar la pelota dentro de la portería. Doy muchísimo valor a los delanteros que consiguen altas cifras de goles con regularidad, año a año. Y considero aún más transcendentes a aquellos jugadores que, en equipos modestos, logran marcar muchos goles. Para mí, que Goitom o Joseba Llorente consiguiesen 10 y 15 goles respectivamente en Primera División con el Valladolid es un éxito digno de alabar. 

Y qué decir de los delanteros que se han pasado toda su vida haciendo goles. Los nueve trotamundos que allá donde van logran romper redes. Hablo de jugadores como Yordi, Moisés, Inzaghi, Toni o Klose. Futbolistas que saben que para sobrevivir deben guiarse por su olfato de gol, cualidad que muy pocos tienen y con la que se nace.



Pero parece que en fútbol moderno no hay sitio para este perfil de futbolista. Aunque estamos hartos de escuchar la frase “los jugadores que tienen gol valen oro”, en la práctica esto no es del todo cierto. Sobre todo entre los equipos más poderosos del planeta. Basta con fijarnos en sus alineaciones. El Barcelona no cuenta con un nueve, y esa posición es ocupada por Messi, que es todo lo contrario al tipo de jugador del que estoy hablando. El Real Madrid por su parte tampoco ha contado con un delantero centro puro arriba. Benzema, Higuaín y Adebayor son futbolistas con mucha movilidad que no responden a ese perfil al cien por cien. Y si Valdano se ha pasado medio invierno buscando un punta es porque no abunda el nuevo tipo de delantero que se demanda.

En Inglaterra la cosa tampoco cambia mucho. El Manchester United juega con Rooney arriba como titular indiscutible. Los otros dos delanteros, cuya titularidad no es indiscutible ni mucho menos, son precisamente los que más condiciones como goleador poseen. De hecho Berbatov es el máximo artillero de la Premier League, y aun así suele quedarse fuera del once titular en los partidos importantes. Por su parte, el Arsenal, cuyo juego es alabado en toda Europa, tampoco cuenta con un nueve propiamente dicho y es Van Persie, un extremo reconvertido como delantero centro, el encargado de ejercer como referencia en el ataque gunner.



Este fenómeno no es tan patente en Alemania e Italia, sin embargo cada vez son más los equipos que buscan “algo más” en su nueve de referencia. Cavani, delantero del Nápoles, es el ejemplo. Esto se extiende incluso dentro de las selecciones nacionales. Holanda, Inglaterra o España no contaron con un ratón de área en la delantera durante el pasado Mundial, sino que apostaron por sistemas de juego en los que ese factor fue sustituido por otros.


No se trata de que en el fútbol moderno la figura del delantero no tenga sitio, sino de que su perfil ha cambiado. Los grandes de Europa buscan puntas con movilidad, que abandonen la posición estática del antiguo nueve puro y que aporten más cosas al equipo. Conceptos como la técnica, la velocidad, el dinamismo y la lucha no pueden faltar en la delantera de un equipo grande. Por eso, jugadores como Huntelaar difícilmente triunfarán de aquí en adelante. Puede que lleguen a ser muy útiles para equipos de la zona media-baja de la tabla. Pero dentro del fútbol directo, y sobre todo en el marco de un sistema de juego asociativo como el del Barcelona o el Arsenal, el nueve puro ha muerto.

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