El gran Mircea Lucescu llevaba por entonces cinco años dirigiendo al conjunto ucranio. Contaba con un proyecto sólido basado en una mezcla de jugadores nacionales y brasileños con el que consiguió hacerse con tres títulos de liga, en 2005, 2006 y 2008, superando a su gran rival, el Dínamo de Kev. En aquella final de 2009 el Werder Bremen no era un contrincante sencillo. El equipo que aún hoy regenta Thomas Schaaf contaba en sus filas con jugadores como Tziolis, Pizarro, Naldo o Rosenberg, además de un tal Özil que lideraba a los alemanes en sustitución del lesionado Diego, que acababa de firmar con la Juventus.
El Shakhtar Donetsk ganó merecidamente aquel día, aunque para ello le hizo falta llegar hasta la prórroga en un emocionantísimo partido. Años antes el Zenit de San Petersburgo y el CSKA de Moscú ya se habían hecho con el título, dejando entrever la fuerza con la que los países del Este llegaban a este tipo de competiciones, con permiso de un Sevilla que por aquel entonces no sólo era un grande sino que además lo demostraba.
Todo este popurrí de pensamientos me viene a la memoria al contemplar la solvencia con la que el equipo de Lucescu ha conseguido clasificarse para los cuartos de final de la Champions League. El Shakhtar Donetsk humilló a la Roma e hizo ganar mucho dinero a más de un apostante por internet. Pocos expertos en fútbol internacional daban a los ucranios como favoritos (Axel Torres fue de los pocos que acertó de lleno), sin embargo el Shakhtar se lo creyó y empujó de lleno a la Roma hacía la crisis.
Y es que el actual equipo de Lucescu cuenta incluso con mejores jugadores que hace dos años. Pyatov continúa en la portería, consolidándose como una opción seria para la selección ucrania, mientras que la línea de cuatro defensas es de lo mejor del equipo. Srna y Rat continúan en los laterales, aportando calidad y oficio. El croata ha demostrado que es uno de los mejores laterales derechos de Europa, posición desde la que lidera a su equipo, algo difícil de ver en este deporte. Rakytskyy y Chygrynskiy completan la zaga. Se trata de una pareja de centrales con un futuro espectacular, a pesar del mal episodio que vivió el ex barcelonista en la ciudad condal.
En el centro del campo y la delantera los brasileños comienzan a aparecer. Del equipo que disputo aquella final de la UEFA, Lucescu ha perdido a Ilsinho, que volvió al Brasileirao. Este jugador aportaba trabajo por la banda derecha y también creaba mucho peligro en ataque. De hecho, equipos como el Milan se fijaron en él por aquel entonces. Hoy le sustituye Douglas Costa, una joven promesa que si bien colabora menos en defensa, posee detalles de crack y es capaz de solucionar partidos a base de individualidades. Por la otra banda, William continúa como hace dos años, haciendo gala de una velocidad y un regate al alcance de muy pocos. El gol que le marcó el martes pasado a la Roma deja entrever su enorme calidad. El Barcelona ya ha intentado echar sus redes sobre los dos brasileños.
Por último, cabe destacar al checo Hübschman, el coche escoba del equipo, el que vigila la espalda de los brasileños para que puedan crear a su antojo. Además, su salida de balón es más que notable. Por delante de él se sitúan Fernandinho y Jadson, dos eternos proyectos de estrella completamente adaptados a Ucrania. Y para conseguir los goles, en la delantera se alternan Luiz Adriano y Eduardo. El primero es seguido por el Sevilla, y a pesar de ser algo irregular, posee olfato de gol y una gran definición. De Eduardo poco hay que decir, ya que lo sabemos todo de él tras su paso por el Arsenal.
Sin duda, por nombres y por juego, el Shakhtar es un equipo llamado a hacer algo grande en la Liga de Campeones. Si el sorteo le es benévolo y tiene suerte en los cruces de cuartos de final, no sorprendería en absoluto verlo en las semifinales. Se trata de un conjunto que puede crearle problemas a cualquiera, con jugadores con experiencia en competición europea y con un entrenador como Mircea Lucescu que es perro viejo en estas lides. Puede que el Shakhtar sea el equipo que coloque definitivamente a Europa del Este sobre el mapa futbolístico. Incluso Guardiola ha dicho que no lo quiere en cuartos de final. Y aunque Guardiola no siempre dice lo que piensa, puede que en esta ocasión sea completamente sincero…
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