El fichaje de Albertazzi por el Getafe ha sido una operación sorprendente. No sólo por el hecho de que sean pocos los futbolistas italianos que han jugado en España, sino también porque podemos contar con los dedos de una mano los futbolistas transalpinos que han triunfado en nuestro país. Además, la mayoría de los jugadores que llegan desde tierras berlusconianas cuentan con una dilatada experiencia en el Calcio. Albertazzi en cambio no. Apenas ha disputado partidos con el Milan al primer nivel en Italia y las dudas sobre si logrará encontrar minutos en el Getafe hacen temer lo peor. Muchos piensan que tendrá suerte si llega el mercado de invierno y no ha vuelto a su país.
Albertazzi es un jovencísimo central que ha llegado a lo más alto tanto en las categorías inferiores de la selección italiana como en el equipo Primavera del Milan. Los analistas del Calcio lo consideran como el sustituto de Maldini. Zurdo como él, maneja bien el balón, combinando colocación con velocidad. Sus características se asemejan a las de la leyenda milanista salvando las distancias, pero puede que eso no sea suficiente como para llegar hasta donde llegó il capitano. Y mucho menos si no se adapta al fútbol español. Acumular un borrón en su currículum en forma de fracaso en el Getafe puede que no sea nada bueno para él.
Y es que solo hay que ponerse a recordar. Hace unos años el Valencia insistió en plagar su equipo de futbolistas italianos. Fiore y Corradi llegaron de la mano, y el fracaso de ambos fue estrepitoso. Eran futbolistas con gran caché en el Calcio, pero tras su paso por el conjunto ché fueron consumiéndose futbolísticamente hablando y ya nunca volvieron a recuperar su nivel. Después llegó Moretti, y aunque logró adaptarse mejor que sus compatriotas, se marchó sin pena ni gloria de Mestalla. Puede que no fracasase, pero tampoco lo ha hecho David Navarro y su marcha a Suiza no será llorada por nadie. Por no hablar de Di Vaio, un jugador que llegó con la aureola de crack y que se fue con las mismas. Como dice Marea en Duerme Conmigo, “despierto como me acosté”…
Francesco Coco también aterrizó en España, esta vez en el Barcelona, para romper el gafe. Es cierto que su llegada coincidió con uno de los peores momentos en la historia del club culé. Y quizá por ello su chasco fue mucho mayor. Yo personalmente solo recuerdo de Coco que me reía cuando jugaba con Cocu debido al juego de palabras. Nada más.
Venturín, De Sanctis, Serena, Albertini, Cigarini… son más ejemplos de este mal que parece afectar únicamente a los futbolistas italianos que vienen a “ganarse el pan” a nuestro país. Recuerdo que también existió una época en la que los futbolistas fraceses se veían afectados por algo parecido. Dugarry, Christanval o Petit provocaron que el Barcelona se olvidara de fichar gabachos durante un tiempo. Pero Giuly o Makelele rompieron el gafe.
Los escépticos apuntarán que me equivoco. Alegarán que existen futbolistas como Rossi que triunfan en nuestro país a pesar de haber nacido en la tierra de la pasta. Pero existe un pero, valga la redundancia (va por ti, Manu). Rossi no se ha crió en Italia, de hecho nació en Estados Unidos y se forjó como futbolista en las categorías inferiores del Manchester United. Por lo que se trata de un ejemplo que no me vale. De hecho, solo recuerdo una excepción, que quizá ¿y por qué no? sea la que confirme la regla. Se trata de Panucci. El madridista vivió días de gloria en el Real Madrid y todos los aficionados recordarán con una sonrisa a este pundonoroso defensor. Además, hace relativamente poco tiempo de su paso por el Bernabéu. Apenas quince años. ¡Qué no somos tan viejos, coño!
En definitiva, es entendible que la adaptación de futbolistas acostumbrados a una competición completamente distinta a la nuestra resulte complicada. Albertazzi posiblemente esté habituado a un tipo de juego en el que se encuentra más arropado por su equipo de lo que lo estará jamás en España. En el Getafe se expondrá continuamente a que jugadores como Messi, Ronaldo o Piatti le dejen en evidencia en el uno contra uno. Eso pocas veces sucederá en Italia, país en el que la defensa es el pilar sobre el que se sustentan la mayoría de los equipos. Pero esto no significa que Albertazzi vaya a fracasar automáticamente. Si lucha por adaptarse a nuestro fútbol y hace gala de la calidad como defensor que indudablemente posee, tendrá muchas posibilidades de coger todo lo que acabo de escribir y mandarlo al cubo de la basura.
Maresca?
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