jueves, 30 de diciembre de 2010

De nuevo, el Lille

Después de las siete ligas consecutivas ganadas por el Olympique de Lyon en Francia, pocos imaginaban que el panorama futbolístico de la Ligue 1 pudiese permitir que otros equipos hiciesen sombra al conjunto presidido por Jean-Michel Aulas. Sin embargo, en la temporada 2008-2009, el Girondins de Burdeos de Laurent Blanc logró desbancar al mitificado Lyon y hacerse con el título. Un año después, fue otro célebre ex jugador Bleu, Didier Deschamps, el que ganó la Ligue 1 dirigiendo al Marsella. Y esta temporada, el Lille del sempiterno Rudi Garcia es el equipo mejor colocado para continuar despolarizando la élite del fútbol francés.


La historia del Lille ha estado plagada de altibajos. Cuenta con tres títulos de liga en sus vitrinas, y aun así pasó más de treinta años a caballo entre la primera y la segunda liga francesa. Fue en la temporada 1999-2000 cuando el equipo volvió a ascender a la Ligue 1, y ese mismo año el Lille consiguió clasificarse para la Liga de Campeones después de una magnifica y sorprendente temporada. Aquel equipo, compuesto por jugadores como D´Amico, Murat, Cygan, Cheyrou o Bassir, logró colocar la primera piedra para la estabilidad definitiva del club.

Desde entonces el Lille ha conseguido mantenerse en los puestos de arriba de la Ligue 1 así como disputar de formar regular competiciones europeas. Pero es esta temporada en la que los de Rudi Garcia pueden conseguir algo que hace una década era inimaginable. Levantar el título de liga.




Los directivos de esta ciudad del norte de Francia han conseguido crear un bloque sólido y fiable que conjuga seguridad con buen juego. Es fiel a la corriente de fútbol de toque que Barcelona, Arsenal y Borussia Dortmund están llevando a cabo en las ligas más importantes de Europa y quizá por ello lleva ya varias jornadas siendo el flamante líder de la Ligue 1.



El veterano Landreau ha conseguido hacerse con la titularidad en la meta, aportando seguridad y experiencia al entramado defensivo del equipo. La línea de cuatro suele estar compuesta en los laterales por Debuchy y Emerson. Rápido y equilibrado el primero, algo más ofensivo y descuidado en defensa el segundo. Rami, a punto de firmar con el Valencia para la próxima temporada, y Chedjou forman una pareja de centrales solvente y bien compenetrada. Beria y el eterno Rozenhal suelen ser los recambios más habituales a estos cuatro hombres.

En el centro del campo, Cabayé, el futuro Gerrard del fútbol europeo para muchos, lleva la batuta. Mavuba cubre sus espaldas casi siempre barriendo todo lo que pasa por el centro del campo, y Balmont viene siendo en los últimos partidos el complemento ideal para ambos.




Pero la dinamita de este equipo se encuentra en la delantera, donde dos de los futbolistas africanos del momento no se cansan de marcar goles. Gervinho, probablemente el jugador con más técnica del continente negro, aporta la magia, mientras que el senegalés Sow, la revelación del fútbol francés, se está convirtiendo en uno de los puntas más determinantes del continente. Pero ambos no serían lo que son sin contar con Hazard, la perla belga, a su lado. Este jugador, pretendido desde hace tiempo por los clubes más poderosos del mundo, es el encargado de aumentar o disminuir las revoluciones del partido cuando es necesario. Normalmente juega tirado a una banda, pero tiene una tendencia innata a desplazarse hacia el interior del campo para intervenir en el juego y marcar el tempo del mismo.





Con estas armas, el Lille se ha colocado líder en Francia, con un partido menos y sacando un punto al irregular Lyon y a PSG y Rennes, dos equipos que también están asumiendo que la élite del fútbol galo debe ser compartida. Por esta razón, los puestos de Liga de Campeones no están asegurados para nadie (el año pasado el Auxerre ya sorprendió clasificándose para la máxima competición continental), y las apuestas parar determinar quién será el nuevo rey de Francia se encuentran muy divididas. Pero parece claro que si el Lille continúa así, llegará al sprint final con serias opciones.

Con este homenaje a la emocionante y a veces infravalorada Ligue 1, me despido por este año. Muchas gracias a todos los que me habéis seguido, ya sea felicitándome o vanagloriándome. Mi intención es la de seguir creando sensaciones opuestas entre vosotros para que el debate resultante sea mucho más rico. ¡Feliz año a todos! Nos vemos en 2011 con más y mejores observaciones futbolísticas. Y esperemos que nuestro últimamente desaparecido amigo J.J. Sarabia (al parecer se ha quedado sin trabajo) preste más atención a su blog y que, al menos, nos haga reír con sus comentarios monotemáticos sobre el Sevilla. Estaremos atentos… 

viernes, 24 de diciembre de 2010

Iniesta contra Granero, pero Soldado contra Xavi Torres

En la eterna disputa que mantienen los dos equipos más grandes de España, afirmar categóricamente que la cantera del Barcelona es superior a la del Real Madrid en todos los aspectos es una muestra de atrevimiento imperdonable. Está claro que el primer equipo blaugrana cuenta en sus filas con un mayor número de canteranos, sin embargo no es menos cierto que la mayor parte de los chavales que se crían en Can Barça finalizan sus días en el mundo del fútbol deambulando por equipos de niveles irrisorios. El Real Madrid, por su parte, cuenta con una alta cifra de jugadores procedentes de La Fábrica que pertenecen a equipos de Primera División.




Soldado, Negredo, Mata, Callejón, Luis García, Jurado, Diego López, Borja Valero, Barral, Juanfran, Javi García, Riki, Aranda, Corona, Eto´o, Miguel Torres o Parejo son algunos de los jugadores que aprendieron a competir en el club merengue y que actualmente forman parte de la élite futbolística. El Barcelona, en cambio, no ofrece ni la mitad de jugadores a los equipos que militan en la máxima categoría. Sergio García, Verdú, Cesc Fábregas, Reina o Xavi Torres son algunas de las raras excepciones que han conseguido sobrevivir, futbolísticamente hablando, lejos de La Masía. Difícilmente encontramos alguno más.



Uno de los motivos es que el Barcelona enseña desde muy pronto a todos sus cachorros a jugar de manera determinada. Este estilo, que se basa en el toque, el fútbol de asociación y el constante movimiento, resulta muy válido para ganar partidos con el primer equipo, pero posiblemente también sea la razón por la cual los canteranos culés no logran hacerse un hueco en la élite una vez que abandonan Can Barça. Se podría decir que los canteranos barcelonistas son productos prefabricados, que encajan perfectamente en el engranaje blaugrana pero que generalmente desentonan lejos de ese marco tan particular.

Thiago Alcántara, por ejemplo, es un futbolista con unas cualidades asombrosas. Podría triunfar perfectamente en el Barcelona, sin embargo su manera de jugar difícilmente permite que le podamos colocar en el doble pivote o en la mediapunta de cualquier otro equipo de la Liga española, ya que no es ni lo uno ni lo otro. Se trata de un jugador difícil de enmarcar que, como ha quedado demostrado en multitud de partidos con España sub-21, se pierde en la posición de mediocentro y apenas interviene en la de mediapunta. No es un jugador para un 4-4-2, o para un 4-2-3-1, sin embargo se ajusta perfectamente al 4-3-3 del Barcelona. Pero ese sistema difícilmente será usado por otro equipo del mismo modo que lo utiliza Pep Guardiola. El Barcelona crea jugadores con la mentalidad de que estos jugarán en el primer equipo, que actualmente es el mejor del mundo. Sin embargo, obviamente esto no siempre es posible, y las ovejas que no entran en el rebaño terminado siendo devoradas por los lobos.





El Real Madrid, en cambio, educa a sus futbolistas dentro de otro contexto, y no tengo ninguna duda de que Sarabia, Morata, Juan Carlos, Juanfran o Jessé acabarán jugando en equipos de nivel medio-alto, e incluso, por qué no, en el primer equipo merengue. Y es que no estoy de acuerdo con las últimas declaraciones de Guardiola, en las que afirma que la diferencia entre ambas escuelas es “que el Barcelona pone a sus canteranos a jugar y el Real Madrid no”. No creo que se trate de eso.





No se puede negar que actualmente la cantera del Barcelona está sacando mejores jugadores que la del Real Madrid. Pero este tipo de asuntos, como las buenas cosechas, van por épocas. Hace diez años, en el Barça de los holandeses, los jugadores de La Masía apenas contaban con minutos en el primer equipo. Y no creo que fuese porque no se contaba con ellos. Simplemente se atravesó en Can Barça una mala época con la cantera, quizá la misma por la que pasa actualmente el Real Madrid. De hecho, hace unos años el Castilla jugaba en Segunda División y el Barcelona B en Tercera. No creo que porque el señor Guardiola hubiese “puesto” a Raúl Bravo, Meca, o Sestelo, estos hubiesen sido mejores. Eran lo que eran, y Busquets o Pedro son lo que son. Se trata de calidad.

Por ello, si hay que hablar de calidad, a día de hoy la cantera del Barcelona es la mejor. Pero si tenemos en cuenta la cantidad y la regularidad de los jóvenes madridistas, el club merengue se coloca, sin duda, a la cabeza. El Barcelona produce jugadores para nutrir su primer equipo. En eso es mejor. Pero también es innegable que existen más jugadores válidos para Primera División en La Fábrica que en La Masía.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Caicedo, el Drogba ecuatoriano

Desde que Pelé y Maradona dejaron de jugar al fútbol, se inició la búsqueda desesperada y casi obsesiva de un jugador que tomase el relevo de estos dos jugadores, los más grandes de la historia. Por ello, tanto en Argentina como en Brasil, hemos asistido de forma continua al bautizo de un “nueva Maradona” y de un “nuevo Pelé”, respectivamente. Así, jugadores como Robinho, Neymar o Pato han sido nombrados, junto a otros muchos, como los herederos del crack brasileño. Por su parte, en Argentina parece que el heredero del Pelusa es, ya de forma unánime, Messi. Aun así, el debate duró muchos años, ya que han existido muchos jugadores que desde el momento en el que destacaron mínimamente en el campeonato argentino, fueron llamados a ser los sucesores de Maradona.

En la actualidad, existen también referentes del fútbol mundial que ven cercano el momento de colgar las botas, y que por lo tanto comienzan a asumir que los aficionados les busquen sustituto. Es el caso de Didier Drogba, para mí, el mejor jugador africano de todos los tiempos. A sus 32 años, y debido a la discreta temporada que está realizando en el Chelsea, muchos comienzan a cuestionar si se mantendrá muchos años más jugando a primer nivel. Por ello, están surgiendo jugadores jóvenes que poseen algunas de sus características y que, a los ojos de los aficionados, “luchan” por sucederle.

El joven delantero del Anderlecht, Romelu Lukaku, es uno de los más serios aspirantes en esta carrera por heredar el cetro de Drogba. Los grandes analistas de fútbol de todo el mundo le atribuyen todas las características del jugador costamarfileño e incluso el propio Chelsea ya se ha fijado en él de cara al futuro.






Sin embargo, en la Liga española contamos con un futbolista de similares características que hace años ya fue comparado con Drogba. Se trata de Felipe Caicedo, delantero del Levante. Este joven ecuatoriano, que ya dejó buenas impresiones la temporada pasado vistiendo la camiseta del Málaga, se ha destapado como el jugador más peligroso del conjunto granota debido a su potencia, verticalidad e instinto goleador.




Caicedo aún pertenece al Manchester City, club que se hizo con sus servicios en 2008 pagando siete millones de euros al Basilea y compitiendo por su fichaje con grandes clubes europeos como el Milan. Sin embargo, Caicedo no contó con demasiadas oportunidades en Inglaterra y se marchó cedido, primero al Sporting de Lisboa y más tarde al Málaga. Esta temporada el Levante ha logrado su cesión y cuenta con una opción de compra de un millón de euros, que en estos momentos nadie duda que el equipo que dirige Luis García pagará para, probablemente, revenderlo a un precio mayor. El negocio sería redondo.

Para ello Felipe Caicedo debe continuar dándose a conocer cada fin de semana con sus goles. Esta temporada lleva ya cinco tantos, tres de ellos en los últimos dos partidos, lo que demuestra que su adaptación al fútbol español está siendo completa. Además, su inteligencia con el balón y su compenetración con Stuani, su pareja de ataque, está sorprendiendo a propios y extraños. De hecho, sus goles están siendo uno de los elementos que han hecho posible que el Levante salga de la parte baja de la tabla y comience a respirar con cierta tranquilidad. Todo ello, unido a una defensa experimentada, un centro del campo con criterio y un Juanlu que está resultando letal por la banda izquierda, ha provocado que muchos apostantes rectifiquen en su teorías de situar al Levante como uno de los principales candidatos a descender.




Parece claro que el equipo levantino sufrirá para mantenerse en primera, pero si el Drogba ecuatoriano continúa haciendo goles, esta difícil empresa no parecerá tan imposible como hace unos meses. Caicedo solo tiene que centrarse en asuntos puramente futbolísticos para conseguirlo. ¿Quién sabe? Quizá el año que viene veamos a este jugador rompiendo las redes de los rivales en un equipo con aspiraciones más altas.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Matices de un partido sin historia

Lo que se presumía como una épica batalla en el Camp Nou se quedó en nada muy pronto. Demasiado pronto. En veinte minutos el Barcelona barrió literalmente al Real Madrid del campo y desde entonces los de Guardiola se dedicaron a jugar al gato y al ratón con su máximo rival, endosándole cinco goles que escocerán durante mucho tiempo a la parroquia madridista.

Todos esperábamos que Mourinho saliese a morder desde el principio, pero la primera línea de presión madridista trabajó muy atrás y el Barça apenas encontró oposición para sacar el balón jugado desde la defensa, por lo que los culés manejaron el esférico a su antojo. Por si fuese poco, el Madrid no consiguió enlazar tres pases seguidos y solo algún pelotazo de Casillas a los costados provocaba cierto peligro gracias a las cabalgadas de Ronaldo o Di María, 
solos contra el mundo. Pero eso se acabó pronto y a los diez minutos de la segunda parte los merengues comenzaban a ser humillados.




Por supuesto, no voy a crucificar a un equipo que hasta ahora había convencido a todos. Seria un inepto si lo hiciese. Pero sí diré que Özil probablemente fracase en el Madrid, que Lass Diarra y Marcelo no tienen la estabilidad mental suficiente para jugar en este equipo (Ramos tampoco anda a la zaga) y que se necesita un delantero más como el comer. Aun así, el madridismo puede estar contento con este equipo porque por suerte, lo de ayer, no es lo de este año.

Pero no se puede hablar de este partido sin hablar de un equipo que ya demostró el año pasado que no sabía perder (encendiendo los aspersores, no lo olvidemos, mientras el Inter celebraba el pase a la final de la Liga de Campeones), y que este lunes dejó claro que tampoco sabe ganar. Gestos como el de Guardiola (no es el primer mal gesto de este mentiroso con careta), negándole el balón a Ronaldo y fingiendo una agresión en la cara, o el de Piqué, burlándose de un compañero de selección como Sergio Ramos, hablan muy poco del talante de un equipo que empaña sus méritos con niñatadas. Pero esto es lo de siempre. Si lo hace Ronaldo lo matamos, pero si lo hace Piqué nos reímos. No me quiero ni imaginar lo que habría pasado si Cristiano hubiese mostrado sus cinco dedos de haber ganado por el mismo margen, o si hubiese escupido a Pedro Cortés, o si tirase pipas desde la grada a un compañero…  

Otro de los elementos sorprendentes que nos ha deparado este derbi es observar como los sevillistas han celebrado de forma desmedida la victoria del Barcelona. Hablo de gente como mi gran amigo J.J. Sarabia, aficionado del club del Sánchez-Pizjuán que, apenado por los problemas del Sevilla, no encuentra otro consuelo que animar al club blaugrana. Adam Smith decía acertadamente lo siguiente: “si alguien te halaga por algo que no mereces, no te está halagando a ti, sino a otro. Y eso te martiriza, porque te hace ver lo que deberías ser y no eres”. Supongo que los sevillistas siempre se quedarán deseando ser lo que nunca serán. Es triste, sin duda, contemplar como los aficionados de este equipo emplean todas sus fuerzas en jalear a los culés en vez de dedicarse a llenar de una vez su estadio, que en los dos últimos partidos ha mostrado una afluencia de público deplorable. Pero poco más se le puede pedir al señor Sarabia, por ejemplo, un individuo que cambió su abono de sevillista por hacerse con una guitarra eléctrica que ni siquiera toca. ¿Eso es querer a tu equipo?



En fin, lo que es seguro es que el pasado lunes miles y miles de madridistas acabaron ridiculizados, encerrados en sus respectivos cuartos, cenando cualquier cosa y renegando del barcelonismo. Pero probablemente se fueron a dormir jurando venganza, viendo, con los ojos cerrados, como en un futuro no muy lejano, es el Barcelona el equipo que se arrodilla escupiendo sangre y pidiendo piedad. Como dijo mi madre un día, “te comiste el melón, pero ya cagarás las pepitas…”


miércoles, 24 de noviembre de 2010

Las Wengeradas

Sí, es cierto. Es verdad que el Arsenal es un club admirable tanto por su filosofía como por su trayectoria. Estoy de acuerdo con los que idolatran a Arsene Wenger y halagan el hecho de que consiga mantener a los gunners en la élite, a pesar de contar con un presupuesto muy inferior al del resto de equipos grandes de la Premier. El técnico francés cambió por completo este Arsenal, que es su Arsenal desde hace ya casi quince años, y lo convirtió en una máquina de ganar que fue la envidia de toda Europa durante varios años. Sus exitosos fichajes salidos de la nada y el juego rápido y vertical que despliega su equipo han marcado una época.


Sin embargo, hay muchas cosas que no me gustan de este Arsenal, que es su Arsenal. No me agrada que Wenger sea visto como un caballero cuando ha dado muestras veraces de que no lo es (en esto me recuerda a Guardiola). No estoy de acuerdo con que uno de los clubes más importantes de Inglaterra apenas cuente con jugadores nacionales en sus filas. Dudo que la directiva no pueda hacer más por mantener a jugadores vitales en la plantilla como Gallas o Adebayor, o para al menos, encontrar repuestos dignos para ellos. Odio que Cesc juegue tan adelantado o que Clichy siga siendo titular en el lateral izquierdo. No logro comprender como la irregularidad de Nasri es antepuesta a la eficiencia de Rosicky, y me cuesta asumir que se pretenda comparar a Walcott con Henry o que Fabianski cuente siquiera con minutos.




Pero el colmo llegó ayer. Después de manifestar muestras de desvarío en varios partidos de la Premier, Wenger ayer se volvió a equivocar. El mismo Sporting de Braga que eliminó de forma vergonzosa al Sevilla en la fase previa de la Liga de Campeones, le endosó un 2-0 al Arsenal y le complica la clasificación para octavos. Parece ser que a Wenger no le asusta jugar con fuego y, a pesar de que su equipo se jugaba la clasificación, en el partido de ayer alineó un once en el que hasta cinco jugadores suplentes saltaron al campo como titulares. No es la primera vez que el técnico francés hace cosas parecidas, ya que en la competición doméstica, y siempre ante rivales claramente inferiores, suele realizar rotaciones que no siempre traen buenos resultados al equipo. De hecho, si este Arsenal se ha descolgado en los últimos años de la lucha por el título es debido a la pérdida ilógica de puntos en campo contrario contra rivales que deberían ser asequibles.



En definitiva, Arsene Wenger demuestra tener todas las características para ser uno de los mejores entrenadores de la historia reciente del fútbol, como bien afirma el periodista Axel Torres cada vez que tiene oportunidad. Sin embargo creo que siempre le faltará ese 'algo' que separa a los ganadores, de los 'intentos de'.

No puedo ni me quiero despedir sin antes hacer alusión a las palabras de mi estimado 'amigo' J.J. Sarabia. Este individuo ha vuelto a hablar de mí es su monotemático espacio web, criticando la manera en la que afirmo que Manzano pide refuerzos para el Sevilla. ¿Damos todos por asumido que Del Nido no está conforme con el partido que realizó su equipo ante el Mallorca? Sí, ¿verdad? ¿Estamos seguros de que Guardiola ha pedido refuerzos como el de Afellay? Por supuesto que sí. ¿Del Nido o Guardiola han hecho declaraciones con tales afirmaciones? No, pero no es necesario. No hay más preguntas, señor Sarabia. Continúe usted lanzando chinitas en forma de ingenuas ofensivas verbales contra mi blog, que yo seguiré golpeando el suyo con demoledores y pesados argumentos. Y por favor, VEA FÚTBOL.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El Sevilla y su miedo a dar el salto

La historia reciente del Sevilla es la historia de un club que no supo ser grande. Aquel equipo que logró alzarse con la Copa de la UEFA hace ya más de cuatro años en Eindhoven convirtiéndose en el orgullo del fútbol español, se ha convertido poco a poco en una institución cada vez más criticada.


Cuando el controvertido José María Del Nido asumió la presidencia del conjunto hispalense, dio inicio a una nueva filosofía basada en la austeridad económica y en una coherente gestión de los humildes recursos de los que disponía. Esa brillante planificación fue la que llevó al equipo a los puestos de arriba de la tabla y a hacerse con un nombre en Europa. Sin embargo, al contrario de lo que hizo en su momento el Deportivo de la Coruña o el Valencia, el Sevilla no ha sabido cambiar el chip para mantenerse en la élite.

Los fichajes realizados este año demostraron a la afición de Nervión que el club tiene miedo a dar un salto de calidad que implique asumir una serie responsabilidades mayores. Tanto Monchi como Del Nido pensaron que sería suficiente con Guarente (cuya lesión ha demostrado una falta de competencia en la directiva imperdonable), Cigarini o Dabo para que el equipo afrontase un año más los retos que se le planteaban. Y Antonio Álvarez lo pagó caro.


El Sporting de Braga fue el primer equipo en demostrarles que se equivocaban. La vergonzosa eliminación del Sevilla en la previa de la Liga de Campeones puso en evidencia la planificación de la plantilla de la que tantas veces ha presumido (cargado de razón) Del Nido. Hasta un ciego se daría cuenta de que lo que este equipo necesita es reforzar el centro del campo con futbolistas que aporten conceptos tácticos y sobre todo técnicos en posiciones en las que Renato o Romaric quedan en evidencia. Hernanes, Javi Márquez, Borja Valero o Zurutuza son el perfil de jugador que un endiosado Monchi es incapaz de valorar como es debido. El director deportivo ha acertado con tantos jugadores que se piensa que todo lo que toca es oro. Pero los estrepitosos fracasos de fichajes como Konko, De Mul o Koné han demostrado que Dani Alves solo hay uno.

Además, el Sevilla ingresa lo suficiente con la venta de jugadores (a veces excesiva) y con el precio de los abonos (que son abusivamente altos) como para satisfacer de una vez por todas a sus aficionados con un fichaje de nivel que no cree tantas dudas como el adorado/odiado Negredo. Manzano desea fervientemente los refuerzos y si la directiva no se mueve rápida y contundentemente en invierno el equipo deambulará por los campos de Primera.


Pero además del mal diseño de la plantilla, la actitud del Sevilla en los últimos años ha sido más que criticable. Aún se recuerdan las míticas palabras de Del Nido en las que aseguraba que se comería del león hasta el rabo, o el teatro partido tras partido de Capel cada vez que recibe un golpecito del rival, o el odio que genera por toda España un Palop que demuestra con sus actitudes sobre el campo aún más soberbia que Monchi. Sin duda no es este el final que queremos para la bonita historia que iniciaron en 2006 los jugadores que vencieron por cuatro goles a cero al Middlesbrough. Esperemos que en Sevilla tomen nota.



Y hablando del Sevilla, me vienen a la mente las palabras de un acérrimo aficionado de este equipo. Se llama J.J. Sarabia. Sí, ya sé que os he hablado mucho de él, pero su última entrada no tiene perdón, ya que dedica la mitad de la misma a hablar de mí, cosa que me halaga por un lado y que, por otra parte, me hace reflexionar. Ha afirmado que me tendió la mano antes de que comenzara esta batalla, pero ha mentido como un bellaco, ya que podéis comprobar cómo en su primera entrada ÉL Y SOLO ÉL tira la primera piedra. Sin embargo me tacha a mí de dar inicio a todo esto. Esa acusación tiene la misma validez que si yo ahora mismo y desde aquí le llamo zoofílico. El señor Sarabia está mordiendo más de lo que puede tragar, y solo nos queda esperar asustados a leer su próxima entrada y contemplar con qué nuevas armas le hace un flaco favor a la profesión de periodista.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

El fútbol agoniza en Italia

¿La horizontalidad y el buen gusto del Barcelona o la verticalidad y el orden del Real Madrid? Son diversos estilos de juego que por suerte podemos observar en España y que nos permiten deleitarnos cada fin de semana. En Italia no tienen esta suerte. Cada año el Calcio se vuelve más triste en su juego y menos atractivo para el espectador. Hace dos jornadas se alcanzó la triste cifra de doce goles en los diez partidos que se disputaron, lo que dice muy poco del fútbol que se practica en ese país.


Los empates a cero comienzan a ser la tónica dominante de una competición que se encuentra en decadencia. La Bundesliga le pisa los talones y es probable que dentro de unos años sean cuatro los equipos alemanes que participen en la Liga de Campeones y únicamente tres los italianos. Sería un duro golpe para el Calcio, una competición que históricamente ha recibido a grandes jugadores como Weah, Van Basten, Bierhoff, Batistuta o Ronaldo, y que sin embargo, hace unos años, se convirtió en una jaula de la que grandes estrellas como Zidane tuvieron que emigrar para poder demostrar la verdadera valía de su fútbol.

Es triste comprobar como por ejemplo un Nápoles-Génova, con Lavezzi, Pastore, Palacios o Veloso sobre el campo, termina sin goles y lo que es peor, sin una sola jugada trenzada con sentido por alguno de los dos equipos. Y tres cuartos de lo mismo sucede cuando los grandes se enfrentan entre sí. Y es que, a pesar del triplete conseguido el año pasado, da la sensación de que a este poco renovado Inter de Milán de Rafa Benítez le costará repetir la gesta. Sus resultados, y sobre todo su juego, están siendo muy diferentes a los del año pasado, y es que a pesar de que muchos tildan a Mourinho de ser un entrenador defensivo, la intensidad y la verticalidad siempre ha estado presente en sus equipos. Sin embargo, en Italia, a día de hoy, incluso el ritmo del juego en los partidos se ha visto reducido.

La Juventus y el Milan, por su parte, han optado por una total revolución en sus plantillas con la que tampoco han conseguido mejorar de forma notable el nivel de su juego. El equipo de Berlusconi optó por el star system propio del cine americano de los 30 y los 40 para volver a ilusionar a su afición, pero a la efectividad y elegancia de los Robinho, Ronaldinho y Pato le afecta sobremanera una plantilla corta que se parte en dos cada vez que el ritmo que le impone el rival aumenta las revoluciones del partido. La Juventus en cambio se ha refugiado en el 4-4-2 imperturbable de Luigi Del Neri para mostrar un bloque compacto que depende en exceso de Del Piero y de la electricidad de Krasic para ganar partidos, ya que la creatividad de su centro del campo suele ser nula.




De hecho, en el partido del pasado domingo que enfrentó a la Vecchia Signora contra el Cesena, se pudo observar claramente como los equipos recién ascendidos están comenzando a apostar por el fútbol de toque para intentar doblegar a los grandes del Calcio. Ya sucedió el año pasado con el Bari, y esta temporada un Cesena liderado por Parolo en el centro del campo (un jugador a lo Xavi, algo que no abunda en Italia) parece que quiere apostar por el buen gusto en su fútbol como camino más corto hacia la victoria. Ante la Juventus dominó casi por completo el partido a pesar de contar con un jugador menos durante bastante tiempo.



Con todo esto, parece difícil que Italia comience a dar bola a los Parolo, Cigarini, Candreva o Liverani, y lo más probable es que Palombo, Gattuso, Sissoko, o Motta ganen un combate en el que la técnica agoniza mientras la táctica prepara el hachazo final que coloque al Calcio como la cuarta liga europea, y bajando.




Pero no puedo cerrar esta entrada, en la que hablo de lo decrépito que es el fútbol en algunos lugares, sin acordarme de mi buen amigo J.J. Sarabia, un firme defensor de anteponer el fondo a la forma y el fin a los medios. En su blog, que por cierto cuenta con bastantes menos visitas que el mío, compruebo de nuevo de forma lamentable que continúa hablando del Sevilla, y solo del Sevilla. Desde aquí le aconsejo, señor Sarabia, que si desea aumentar el éxito de su espacio, diversifique los contenidos para intentar así llegar a más gente. No se obceque, como les sucede a la mayoría de entrenadores que pasan por el Pizjuán, y deje volar su imaginación, como hace Özil cada vez que su empeine acaricia la pelota.

Los vestigios del Albacete

Son pocas las alegrías que el fútbol nos ha dado a los castellano manchegos desde que el balón comenzó a rodar por primera vez en nuestro país cerca de Huelva a finales del siglo XIX. Equipos como el Manchego, el Tomelloso, el Puertollano o el Conquense han intentado en los últimos años levantar el orgullo balompédico local, sin embargo únicamente el Toledo, que consiguió sobrevivir en Segunda División durante gran parte de la década de los noventa, y sobre todo el Albacete, han conseguido pasear el nombre de Castilla La Mancha por los grandes estadios de Primera y Segunda División en la historia reciente de nuestro fútbol.




Es imposible no recordar a Parri, Aranda, David Sánchez o Mark González plantando cara a Real Madrid y Barcelona hace unos años. El Albacete consiguió mantenerse durante dos temporadas en Primera División e hizo soñar a sus aficionados con la posibilidad de perpetuarse en una de las competiciones futbolísticas más importantes del mundo. Sin embargo, el equipo manchego no logró mantenerse mucho tiempo y en la temporada 2005-2006 se vio obligado a iniciar una nueva andadura en la categoría de plata.



Desde entonces, los altibajos del equipo han sido palpables y ni el juego ni los resultados han sido los esperados. A pesar de los esfuerzos que ha venido haciendo la directiva en los últimos años, al contratar a jugadores de renombre como Salva Ballesta, Stuani o Bizera, el Albacete ha sufrido cada año por mantener la categoría. Todo ello, unido a los continuos cambios de entrenador, ha hecho muy difícil que la estabilidad llegue al Carlos Belmonte.

Esta temporada las cosas parece que no van a ser muy distintas. David Vidal se marchó por la puerta de atrás después de salvar del descenso al equipo la temporada pasada, ya que la directiva manchega fue incapaz de llegar a un acuerdo para la renovación del contrato del técnico gallego. De este modo, llegó Antonio Calderón al banquillo para gestionar una plantilla debilitada tras la desbandada de jugadores importantes como Alberto Aguilar, Callejón, Stuani o Fernando Sales. Los refuerzos que han llegado han sido insuficientes y el equipo afronta los partidos con una desconfianza que se nota en el paupérrimo juego que viene desplegando, sobre todo fuera de casa.




Solo las genialidades del preocupantemente irregular Pipino Cuevas, la creatividad del inexplicablemente suplente Nuñez, o el arrojo y la garra de jugadores como Kike Tortosa o Verza, aparecen como argumentos a favor de un grupo de futbolistas que ha sido abandonado por la afición. Y es que en los últimos partidos disputados en casa, las gradas del Carlos Belmonte han presentado un aspecto desolador, con apenas 2.000 aficionados, una de las cifras más bajas de la categoría.




Todos esperamos que el Alba vuelva a ser el que era, y que la ciudad apoye de una vez por todas a una directiva que quiere pero no puede y a un equipo al que únicamente le hace falta coherencia y un par de piezas clave en su columna vertebral para lograr alejarse del descenso y volver a mirar hacia arriba.

martes, 9 de noviembre de 2010

Carroll, ¿el futuro nueve de la selección inglesa?

Cuando hace ahora más de una década, Alan Shearer dejó de formar parte de las convocatorias de la selección, los ingleses perdieron a la que durante mucho tiempo había sido su referencia en la delantera. Con 30 goles en 63 partidos, Shearer se convirtió en el goleador del equipo y en uno de los hombres clave que llevaron a Inglaterra a las semifinales de la Eurocopa de 1996.

Muchos fueron los delanteros que vistieron la zamarra pross después de su marcha. Sin embargo, solo Michael Owen consiguió alcanzar sus cifras goleadoras, a pesar de no ser un delantero centro puro. Fowler, Phillips, Sheringham, Vassell, Crouch, Defoe o Bent son algunos de los futbolistas que han aspirado a triunfar en ese puesto sin cumplir las expectativas. El hecho de que Emile Heskey fuese titular en el pasado Mundial de Sudáfrica habla muy poco del resto de delanteros ingleses. Y es que desde hace años Inglaterra ha sido criticada por no tener puntas de primer nivel que aporten a la selección el grado de calidad que le falta para ganar títulos.

Solo la enorme calidad de Wayne Rooney (al que tampoco podemos considerar un nueve), la disciplina impuesta por Capello y la formación de un grupo compacto en defensa y en el centro del campo provocó que la selección inglesa llegase con buena imagen al continente africano el pasado verano. Pero pronto llegaron las dudas debido a la falta de imaginación en la medular, la inseguridad en la portería, y sobre todo por culpa de la falta de instinto asesino en la delantera.



De este modo, Inglaterra volvió pronto y todo el mundo se preguntó cuándo encajarían las complicadas piezas del puzle de la selección nacional. Y parece que el inicio de la temporada en la Premier League ha aportado solución a algunas de estas dudas. Jóvenes jugadores como Wilshere, Adam Johnson, McEachran o Muamba comienzan a brotar en el espectro futbolístico inglés como futuribles piezas fundamentales para la selección. Pero quizá la aparición más fulgurante ha sido la del jugador del Newcastle Andrew Carroll. Este joven y espigado delantero de 21 años y 1,91 metros de altura es un delantero distinto al resto. Conjuga calidad y técnica con buen remate de cabeza y olfato de gol, y ya se ha convertido en uno de los máximos artilleros de la Premier League. Su gran proyección ya se atisbaba el año pasado, cuando ayudó a las urracas a volver a la máxima categoría del fútbol inglés gracias a sus 18 goles.



En el partido que el Newcastle disputó ante el Arsenal el domingo pasado, se pudo constatar una vez más la valía del que puede ser el próximo nueve de Inglaterra. Carroll marcó el tanto de la victoria adelantándose con inteligencia por alto a la salida de Fabianski, pero también lideró la mayoría de las acciones ofensivas de su equipo. Su enorme movilidad provoca que caiga constantemente a las bandas, desorientando a la defensa rival y apareciendo en el momento indicado para jugar la pelota, casi siempre con criterio.




Sin duda Carroll tiene muchas características para asumir, junto a Rooney, el peso de la delantera de la selección inglesa en los próximos años. Capello ya lo tiene apuntado con letras rojas en su agenda y pronto llegará su primera convocatoria con el equipo nacional, heredando el puesto que dejó vacante Alan Shearer hace tiempo y del que ya se ha hecho cargo en el Newcastle, equipo en el que el mítico delantero inglés marcó una época.

martes, 26 de octubre de 2010

La hora de Gareth Bale


La temporada pasada, Ryan Giggs, el mejor futbolista de la historia de Gales, nos dejó las que probablemente sean sus últimas gotas de calidad en la Premier League. Gracias a él, sobre todo los primeros meses, el Manchester United ganó varios partidos y la directiva decidió renovarle. Sin embargo, este año apenas ha disputado cuatro encuentros con los Red Devils, de modo que parece claro que este será el último año en el que Gales podría presumir de tener a un crack de la zona en la Premier League.
Sin embargo, a los que más saben de esto les bastó únicamente divisar varios partidos de Gareth Bale a finales de la temporada pasada para darse cuenta de que Gales podrá seguir alardeando de fabricar calidad.
Bale es un lateral zurdo que a los diez años jugaba con la pierna derecha para dar algo de ventaja a sus rivales. Destacó desde pequeño en varios de los equipos de Cardiff y muy pronto el Southampton se fijó en él y se lo llevó a Inglaterra. En este equipo, jugadores como Theo Walcott comenzaron a despuntar, y él no fue menos ya que apenas un año después de llegar a la ciudad el Tottenham pagó casi siete millones de euros por su fichaje. Martin Jol, por entonces entrenador de los Spurs, pidió expresamente su incorporación al equipo. Sin embargo, cuando llegó Juande Ramos, los malos resultados no le permitieron  confiar en un chaval desgarbado de apenas diecinueve años por muy buena pinta que tuviese, por lo que le costó entrar de forma regular en el primer equipo.


Finalmente, Harry Redknapp se hizo cargo del equipo, pero sal veterano entrenador londinense nunca le convenció Bale como lateral, por lo que fue adelantando su posición ya que no confiaba en sus condiciones como defensa. Además, el camerunés Assou-Ekotto se hizo con el puesto en el lateral, de modo que Gareth Bale se vio obligado a reconvertir su posición hasta la de extremo. Aún así, pasó gran parte de la temporada pasada en blanco y estuvo a punto de marcharse al Milan, club que supo apreciar y valorar sus enormes virtudes. Pero para entonces Redknapp ya sabía que no podía dejar escapar a un jugador con tales características, por lo que comenzó a ofrecerle la titularidad.
Este año el Tottenham ha realizado varios fichajes, y entrar en el once titular, sobre todo en posiciones de ataque, es sumamente difícil. Aun así, Gareth Bale ha conseguido desbancar a jugadores como Bentley y desplazar a Modric o Kranjcar, dejando claro que a partir de ahora los Spurs contarán con gente que recorrerá de arriba abajo la banda izquierda sin necesidad de buscar zonas interiores, como hacían los croatas.

La exhibición que Bale dio ante el Inter de Milán, a pesar de la derrota de su equipo, fue solo un ejemplo del espectacular inicio de temporada que el galés está completando en Inglaterra, solo comparable a la del jugador del Manchester City, Adam Johnson. Gales ya sabe que cuenta en las filas de la selección nacional con un jugador de primer nivel, por el que ya han preguntado, entre otros, el Real Madrid. Bale tiene condiciones para ser en breve el mejor lateral izquierdo del mundo, y solo necesita un equipo y un entrenador que le permitan actuar donde mejor rinde, ya que sus nociones defensivas han mejorado notablemente y la capacidad de sorpresa que tienen sus subidas por la banda izquierda aumenta a medida que retrasa su posición inicial sobre el campo. Todo ello, unido a su calidad técnica, su potente disparo y su más que aceptable capacidad para centrar, nos invita a pensar que estamos ante uno de los jugadores que puede marcar una época.



Son pocos los que niegan esta circunstancia, y supongo que dentro de ese grupo de gente se encontrará mi estimado amigo J.J. Sarabia. He seguido su blog (espero que vosotros también), y me he dado cuenta de que única y exclusivamente habla sobre el Sevilla, salvo raras excepciones. Dudo que este señor sepa de la existencia de Bale, ya que recientemente apuntó que Rubén Pérez, centrocampista defensivo del Deportivo de la Coruña, era extremo derecha, una muestra innegable de su incultura futbolística. Esperemos que su percepción futbolística mejore y que poco a poco vaya escribiendo entradas que nos interesen a todos.

La máquina de ganar

En una ocasión leí que el entrenador del Real Madrid está expuesto a más presión que el mismísimo presidente del Gobierno. Y es que los técnicos que han pasado por el Bernabéu en los últimos años pocas veces se han marchado del club blanco con halagos por parte de la afición o la prensa. Desde que Florentino Pérez decidió prescindir de Vicente del Bosque después de casi cuatro años en el cargo, los entrenadores han entrado y salido de Concha Espina de forma continua y ninguno de ellos se marchó entre alabanzas hacia su trabajo ni aún consiguiendo títulos, como hicieron, por ejemplo, Capello o Schuster.
Luxemburgo, Queiroz o Pelegrini son ejemplos del perfil de entrenador que siempre buscó Valdano. El fútbol que a priori proponían era alegre y vistoso, anteponiendo siempre el ataque a la defensa. Sin embargo, sin saber muy bien por qué, el juego del equipo terminaba siendo plano, predecible y excesivamente dependiente de la pegada de los jugadores de arriba. Y al final llegaba la decepción y la consiguiente destitución del técnico sin apenas tiempo para que este tuviese opción de defender sus planteamientos.

Pero este verano, debido a la sequía de títulos madridista de la temporada pasada, Florentino Pérez decidió hacer oídos sordos a los consejos de Valdano y contratar a un técnico con el que las cosas podían ser diferentes, al menos en cuanto a lo que resultados se refiere. Jose Mourinho aterrizó en Barajas y con él trajo una nueva filosofía nunca vista en la capital. Se trata de un técnico que basa su juego en una buena defensa (lo que no quiere decir en absoluto que sea un técnico defensivo), que sigue confiando en la efectividad de sus delanteros para ganar muchos de sus partidos pero que ha conseguido crear un equipo que ha encajado únicamente cuatro goles en once partidos. Esa es la principal novedad de este Real Madrid, y es que por mucho que echemos la vista atrás, es casi imposible recordar una defensa tan eficiente y efectiva como la actual, y más si tenemos en cuenta que ni Albiol ni Garay han debutado todavía, lo que nos lleva a pensar que el sistema defensivo de este equipo no se basa únicamente en los cuatro hombres de la línea de atrás.


Otra de las novedades que ha introducido el portugués ha sido la concentración de la atención de todos los medios en su persona. En la última década han sido las estrellas que trotaban por el césped las que acaparaban todas las miradas. Cualquiera de sus movimientos era tan alabado como criticado por un sector la prensa, lo que aumentaba la presión que dichos jugadores sentían cada vez que se enfundaban la zamarra blanca. Mourinho ha cambiado eso. Ahora los rivales, la prensa y los aficionados hablan de él antes y después del partido, olvidándose en gran parte de los jugadores. El año pasado parecía que Cristiano Ronaldo era la diana sobre la que lanzar dardos cuando las cosas iban mal, y la cabeza en la que poner la corona cuando el mar estaba en calma. A eso estábamos acostumbrados en España, sobre todo en el caso del Real Madrid, y este ha sido el segundo gran éxito de “Mou”.
Todo ello, unido a la consecución de una plantilla bien diseñada, prescindiendo de cualquier elemento que pudiese desestabilizar al club y fichando las piezas necesarias, sin grandes alardes pero sin escatimar en gastos, ha provocado que este Real Madrid sea líder de la Liga y que haya logrado pleno de victorias en la Champions League.  Y aunque al principio existían dudas, sobre todo respecto al juego madridista, después de las abultadas victorias sobre el Deportivo de la Coruña, el Milan y el Racing de Santander, son pocos los que niegan que este equipo juegue actualmente mejor que el Barcelona de Guardiola.


Aún es pronto para dar por definitiva cualquier cosa, sin embargo parece claro que la máquina de ganar que ha creado Mourinho puede no solo acabar con el protagonismo absoluto del Barcelona en el panorama futbolístico español, sino también con la inestabilidad que sufre el banquillo merengue desde que Del Bosque hizo las maletas. Todo apunta a que Mourinho puede perpetuarse en el cargo al más puro estilo Miguel Muñoz, y que únicamente saldrá del Real Madrid, posiblemente por la puerta grande, cuando él mismo así lo quiera.

jueves, 21 de octubre de 2010

La horma del zapato de Guardiola

“Caer bien” o “caer mal” a alguien puede llegar a convertirse en algo muy subjetivo y depender de mil factores. Podemos pasarnos años intentando ser (o al menos, parecer) simpáticos con una persona, y sin embargo esta puede odiarnos por un simple gesto o por una nimia expresión de nuestra cara que no le guste en un momento dado.

En el fútbol sucede algo parecido. Cristiano Ronaldo, por ejemplo, es para muchos poco menos que un ser superior, mientras que otros lo consideran un capullo creído y orgulloso. Y es que es muy difícil encontrar a un jugador que llegase a la élite y consiguiese el favor de todo el público. La mayoría de futbolistas que pensamos que jamás serían criticados, siempre encontraron detractores. Valerón fue criticado por frío y por pasivo, Laudrup por pasar del Barcelona al Real Madrid, Del Bosque recibió mil ataques en el Mundial a pesar de hacerse con el trofeo, e incluso “sweet” Iniesta ha sido atacado por lanzarse a la piscina de forma descarada en el partido que los culés disputaron ayer ante el Copenhague. Se trata de personas alejadas de la polémica, pero como se puede comprobar, no caen bien a todo el mundo.




Sin embargo, hace más de dos años, aterrizó en Can Barça un viejo conocido de la afición barcelonista. Josep Guardiola fue nombrado técnico del primer equipo y con él se instauró en España una nueva filosofía de entrenador. Guardiola era guapo, joven, sentía los colores del equipo y apostaba por la cantera . Su elegante forma de vestir y hablar, unido al sextete de títulos que lograron los blaugrana aquella temporada, le encumbraron como el modelo a seguir del fútbol español. Desde entonces, gente como Manuel Preciado, Cesc Fábregas, Johan Cruyff y muchos otras celebridades del fútbol actual se declararon admiradores del ya conocido como Pep, y este, gracias a su eterna humildad en las ruedas de prensa, parecía ser, al fin, el hombre que caía bien a toda España.

Tanto fue así, que la opinión pública en general pasó por alto su poco “feeling” con Eto´o, sus puñetazos a los banquillos, sus sanciones arbitrales, sus airados gestos desde el área técnica durante los partidos e incluso su pasado manchado (aunque, por suerte para todos, resuelto ya judicialmente a su favor) por el dopaje. Si Pep fue capaz de ganar seis títulos en una temporada, poco más había que decir.



Pero las cosas fueron cambiando poco a poco al año siguiente. El sextete no se pudo repetir y la exigente afición culé “solo” se pudo conformar con el título de Liga. El Barcelona perdió varios partidos importantes y el agradable y sincero Pep de las ruedas de prensa se agrió. Ya no le sentaban bien todas las preguntas y comenzó a responder sin responder a la mayoría de las cuestiones que los periodistas le formulaban. Además, la principal apuesta del técnico de Sampedor , el ucraniano Chygryinskiy, le hizo perder bastante dinero y parte de su credibilidad como entrenador. Pero la gente le seguía queriendo, la afición aprobó la temporada del Barcelona y las madres seguían viendo a Pep como el yerno perfecto. ¡Guardiola incluso salía en los anuncios de la tele y en las marquesinas de publicidad de las calles!






Sin embargo, la horma del zapato de Guardiola ha aparecido. Se llama Ibrahimovic, un sueco que no se cansa de criticar a Pep. Le llama filósofo y le apoda Tiger Woods, acusándole de que lo único que busca es quedar bien ante la gente. También afirma que Guardiola solo es capaz de ganar dirigiendo a equipos ya hechos, como el Barcelona que recogió de Rijkaard o, para entendernos, como la actual selección española. Todos nos hemos quedado consternados. ¿Cómo puede alguien intentar desacreditar así a una persona tan noble como Guardiola? Incluso surgieron algunos seres descabellados que secundaron lo que dijo el sueco ex del Barcelona, apuntando que si el actual entrenador culé se hiciese cargo de equipos como el Manchester o la Juventus, su estatus caería a las cloacas del fútbol europeo, porque Pep ni es un estratega, ni es un diseñador de plantillas. Pep lo que hace bien es juntar a gente dócil y buena y ponerla a jugar. ¿Pero hay gente tan dócil y tan buena en otro sitio que no sea el Barcelona o la selección española? Quién sabe, quizá el año que viene, y si el Pep Team continúa jugando tan mal como en los dos últimos partidos, podremos comprobar cómo se desenvuelve Guardiola en otro contexto. Una cosa está clara. Guardiola ya no le cae bien a todo el mundo. Puede que Ibrahimovic haya abierto la veda.


martes, 19 de octubre de 2010

Un espacio para las personas que no conciben un fin de semana sin fútbol

Encantado de conoceros. Ante todo debo decir que es un placer para mí escribir un blog sobre fútbol que me ofrece la oportunidad de hablar acerca de un tema que a muchos nos apasiona. Soy Javier Rubio y estudio periodismo, aunque todos me conocen como "Dele", y más de uno me ha colgado ya la etiqueta de "friki" por dedicar los sábados a estar sentado en mi sillón favorito de cuatro de la tarde a doce de la noche, viendo como veintidós tipos corren detrás de una pelota. Pero para mí el fútbol es mucho más que eso. Para mí el fútbol significa belleza, disciplina, elegancia, salud e innovación. Se trata de un deporte que me ha dado multitud de satisfacciones y ahora mi intención es la de compartirlas con vosotros.

Es importante apuntar que en este blog no solo se tocarán temas nacionales, futbolísticamente hablando, sino que introduciré todo tipo de informaciones que puedan estar relacionadas con el balompié, sea cual sea la zona del planeta en la que este se practique. También me gustaría apuntar que mi forma de expresarme será clara e intentaré que os resulte atractiva, añadiendo vídeos y artículos de gente de fútbol que sabe mucho más que yo, como Santiago Segurola, Julio Maldonado "Maldini", o Axel Torres.

La confección de este blog no será vista por mí como una obligación. Esto quiero dejarlo claro. Será muy importante para mí escribir aquí todos aquellos pensamientos futbolísticos que pasan por mi cabeza y que normalmente suelo lanzar verbalmente a otra gente, sintiendo muchas veces que mis palabras se pierden en el viento y en el tiempo. Espero y deseo que os gusten todos y cada uno de mis posts, y pido perdón desde este momento a todos aquellos a los que pueda ofender con mis palabras. Mi intención es la de hablar de forma directa y sin ambages, pero no la de buscar la broma fácil o el argumento insustancial con gancho del que muchos abusan. La demagogia no va conmigo. Me limitaré a presentar información de todo tipo y os comentaré mis impresiones de forma lógica y coherente. A modo de aperitivo, os dejo un vídeo del jugador de moda en Europa. Se trata de Adam Johnson, extremo del Manchester City y uno de los jugadores que más me ha hecho vibrar en las últimas semanas. ¡Nos leemos!



 
Ah, se me olvidaba. Mis palabras pocas veces ofenderán a otros bloggeros, sin embargo el señor J.J. Sarabia, en su primera (y espero que última) entrada comenzó una guerra que me ha sorprendido enormemente. Este individuo se muestra dispuesto a "rivalizar" conmigo y piensa que el nombre de este espacio es "ridículo". Su blog se llama El chicle de Caparrós (juzgad vosotros mismos la originalidad de ambos títulos). Debo decir al señor Sarabia, persona a la que conozco y respeto, pero de cuyas debilidades tengo constancia, que para hablar de fútbol es necesario ver mucho fútbol, y no solamente los partidos del Sevilla. Os pido que a medida que pasen las semanas, comparéis su "producto" con el mío, y entonces decidáis...